Si se busca la palabra valiente en el diccionario seguramente se encuentre al lado la foto de Miguel Durán. A este abogado ciego nunca le asustaron los retos. De joven, toreó una vaquilla a la que colgó un cencerro. De mayor, convirtió la ONCE en una máquina de hacer dinero. Hoy el extremeño se ha convertido gracias a su importante bufete en una de los referentes del sector como abogado participaciones preferentes.
Miguel Durán se define como “un hombre de 57 años, nacido en Azuaga (provincia de Badajoz), en el seno de una familia muy humilde, el quinto de cinco hermanos. Resido en Cataluña desde que tengo diez años, aunque con intervalos de seis, que estuve en los internados de la ONCE, y de ocho,