Actualidad del sector editorial

Cuando nos referimos al sector editorial, parece inevitable plantear el constante debate entre papel y digital. Situados en un presente movedizo, donde el papel se nos antoja un pasado que no termina de morir y lo digital un futuro aún por asentarse, los datos referentes a cada uno no dejan ver, de la manera clara que le gustaría a muchos, hacia donde se encamina el libro.

La industria editorial en España mueve anualmente cerca de 3.000 millones de euros, lo que supone un 0,7% del PIB y da empleo a unas 30.000 personas (editores, libreros, autores, traductores…). Con un resultado poco positivo, 8% menos en cuanto al volumen de publicación, (datos del 2012 respecto al anterior), presenciamos como cada año que cierra, el libro en papel pierde presencia en el mercado, en comparación con el crecimiento de una industria en auge como es la digital.

Centrándonos en la literatura de ficción y dejando fuera del estudio libros educativos y científico técnicos, un exhaustivo análisis del estado del sector editorial implicaría especificaciones en función de grupos de edad, niveles socio económicos, educativos… Sin entrar en estos detalles, un amplio y rápido contacto con el sector editorial declara un claro cambio en los hábitos de consumo y en las formas de ocio, así como un posible descenso en el interés hacia la lectura.

Las nuevas maneras de ocio, (Internet, videoconsolas…) han modificado drásticamente el papel que ocupa la lectura y el libro. Ahora todo se busca inmediato e interactivo, y la amplitud de posibilidades y el acceso constante a la red hace que nuestra capacidad de concentración se vea reducida, lo que debe afectar claramente al acto de leer.

Frente a estos resultados en papel, somos testigos de la llamada ‘revolución digital’. Desde 2006 con la salida del primer lector digital (el e-ink) los libros para estos formatos no han dejado de crecer, y la venta de soportes para su lectura consolidándose y extendiéndose por todo el mundo. Por lo que parece que no es solo un problema que afecte al placer de la lectura, si no más bien al soporte en el que se realiza esta.

 No es tan solo el descenso de lectores lo que ha herido al sector editorial tradicional. A grandes rasgos cabe hablar de la nueva oferta que propone el mundo digital, potenciada por la entrada en juego de Amazon en nuestro país. El gran gigante digital se asentaba en España en 2011, y hacía saltar por los aires las maneras de compra que teníamos hasta entonces. Imponiéndose como un punto de venta rápido y cómodo, las librerías más tradicionales ven cómo no solo deben batallar contra las grandes superficies, en cuanto a la venta de libros en papel. Además, el éxito del Kindle (el e-book de Amazon) aumenta cada año elevando con ello la venta de libros digitales.

Existe un nuevo paradigma en el cual lo de antes ya no sirve. Ahora la gran mayoría se declara consumidora de tecnología y fan de los múltiples aparatos con los que alamacenar y acceder a la información, ya no tiene mucho sentido cargar con un libro en la mochila si se pueden llevar 100 sin peso alguno. La cuestión reside por tanto en que por el momento parece que la capacidad de cambio por editoriales y librerías es escasa. No existe un significativo acercamiento a las nuevas formas, y parece que nadie quiere liderar esa batalla. Más bien permanecer expectantes a ver cómo se va desarrollando el juego e ir dejándose llevar por el devenir de los acontecimientos. A esta falta de iniciativa debemos sumarle las consecuencias de una crisis que hace más imposible el invertir en cambios y nuevo personal formado en la era digital (márketing editorial, posicionamiento en redes sociales, editores digitales…).

A la hora de editar un libro, muchos autores han visto en Internet una manera más fácil con la que poder acceder a la publicación. Manel Loureiro, comenzó a escribir en su blog, con una acogida tal que la novela supera ya los 200.000 ejemplares en Estados Unidos. Pero a pesar de que ya existen medios, aún la autoedicción no parece una forma de vida para el autor. Maquetación, corrección, diseño, encuadernación, difusión… Son tareas que pueden resultar más complicadas de lo que parece a primera vista y sumar muchas más horas al trabajo de construir una obra.

Pero por resultar tediosas o ajenas al acto de crear no deben ser olvidadas o dejadas en manos de cualquiera. La vida del papel pasa por la especialización y el detalle como medios de permanencia. El libro en papel se torna objeto decorativo y joya que mostrar. No es la mera lectura lo que se terminará buscando en él. El cuidado editorial, la diversidad y la independencia, se imponen como forma de consolidación y supervivencia en un futuro cada vez más digitalizado. Y si nuestro objetivo esdistribuir nuestro librodebemos contar con opciones adecuadas para estas funciones.

Es por ello que ciertas editoriales nos ayudan a editar nuestro libro. Editoriales dispuestas a publicar manuscritos de primeros escritores y nombres no consolidados en el mercado. Siempre guiadas por un criterio de calidad, ayudan a amplificar la diversidad de producto en el mercado y los modelos literarios. Una opción muy recomendable para publicar un libro, contando con la ayuda de profesionales del sector que a nuestro servicio cumplan las tareas ajenas al hecho de escribir, pero que son clave también a la hora de llevar un libro al mercado y hacerle objeto de compra.

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