El dicho popular insiste en que “todos los genios son un desastre” o al revés, extendiendo la creencia de que las personas desordenadas o despistadas tienden a poseer una mente brillante o como poco, intelectual o creativa.
Estudios para desmentir o avalar este refrán no han faltado, si bien los psicólogos y científicos han llevado a cabo experimentos para determinar la personalidad a través del orden de por ejemplo, el escritorio de la oficina. Curiosamente este experimento concluía que Un lugar de trabajo pulcro facilita la generosidad, pero el caos incitaba a la creatividad. En concreto dice que “los efectos de orden físico son amplios y tienen muchos matices. Los ambientes desordenados parecen inspirar librarse de la tradición, producir nuevas ideas. Entornos ordenados,