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La muerte de un policía español que no portaba chaleco antibalas mientras patrullaba las calles ha puesto en el punto de mira la seguridad con la que cuenta el cuerpo. En la provincia de Alicante más de la mitad del millar de policías que trabajan en las calles carece de chaleco antibalas y antipinchazos.

La crisis, los recortes y la situación económica española son los culpables, al menos eso es lo que aseguran las autoridades a pesar de que estamos hablando de objetos tan necesarios para realizar su trabajo, pero la realidad es que si un policía quiere tener las herramientas básicas para ejercer su profesión de una manera segura ha de ser él mismo quien se las compre. Y no estamos hablando de precios

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