Son composiciones que nos han impuesto. La ropa de color azul es para los niños. La de color rosa, para las niñas. Y así es cómo pensamos. Si nos enteramos de que un amigo ha tenido un niño, pues vamos a la tienda, por ejemplo a Grupo Reprepol, a comprar algo de color azul. Pero esto no siempre ha sido así. Hace muchos años ocurría al revés. ¿Por qué? ¿Qué ocurrió para cambiarlo? Pues ahora mismo te lo cuento.
Como os comentaba, hemos crecido con la idea de que todo lo rosa es de chicas y todo lo azul es de chicos, y así lo hemos continuando asociando en nuestra madurez. Incluso cuando hay que señalar algo en un bar o en un establecimiento de ropa, ya se sabe la repartición. Pero hubo un tiempo, al más puro estilo cuento de abuelos, que no ocurría esto: todos vestían de blanco nuclear y con vestido de algodón hasta los 6 ó 7 años.
¿Por qué? Pues porque el algodón blanco era más fácil de lavar y blanquear si se pringaba y, por otro, “se evitaba el riesgo de vestir al bebé con la ropa errónea y que creciera pervertido”. Esta frase tan radical por supuesto que no es mía, es una historiadora de la Universidad de Maryland y autora de ‘Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America’, llamada Jo B. Paoletti.
Os sigo contando. En el siglo XIX ya se comenzaron a meter los primeros tonos pastel, pero en ningún caso para definir género. No es hasta después de la I Guerra Mundial cuando encontramos la primera diferenciación entre estos dos colores y es cuando nos quedamos con la boca abierta. Rosa para los chicos y azul para las chicas. La razón es que el rosa es un color más decidido y fuerte, más adecuado para los niños, mientras el azul, que es más delicado y refinado, es mejor para las niñas, asegura esta historiadora. Así que ya sabes algo más.
¿Pero cuándo llegó el cambio?
Pues hay que mirar a la otra gran guerra, la segunda, la de Hittler. Los retailers decidieron establecerlo de este modo porque sí. Y nosotros, lo aceptamos. Eso sí, en los años 60 cuando el feminismo, ahora tan de moda, surgió con fuerza se intentó quitar esto, pero la opción era no diferenciar. Hasta mediados de los 80, cuando definitivamente se asentó la idea de niños de azul y niñas de rosa. Y así es como seguimos hasta ahora como se puede comprobar en los catálogos de mayoristas de ropa infantil.
Lo que sí tengo claro es que si tengo que buscar ropa, sea del color que sea, echaré un vistazo a páginas como las de Reprepol. En estas franquicias de ropa infantil siempre se suelen encontrar ideas y gangas que posteriormente verás en alguna tienda de tu ciudad. Espero que estos consejos te sirvan de utilizad y sobre todo, que no te dejes impresionar por los colores que te impongan.