El paso de los años, los malos hábitos, ciertas enfermedades y el consumo de ciertos medicamentos, provocan el oscurecimiento del esmalte dental, afeando la sonrisa y el rostro. A pesar de seguir una buena higiene bucodental, los dientes, tienden a adquirir una tonalidad amarillenta o grisácea. Y todavía es peor si fumas o tomas café. El blanqueamiento dental, es la única solución en estos casos, pero, ojo, el que ha de estar supervisado por un odontólogo o odontóloga, aunque te lo hagas en tu propia casa. Porque los blanqueadores que ves en Internet, pueden resultar peligrosos para la salud. Ten cuidado con lo que compras. No compres un producto de estas características sin saber qué es o si no te lo ha recomendado tu dentista, de lo contrario podrías tener serios problemas de salud.