Cuando una simple traducción no basta

Gracias a la globalización podemos mantener relaciones multiculturales con personas de otros países de manera más fácil de lo que nuestros abuelos hubieran imaginado. España es un referente en el turismo, y recibimos millones de turistas al año, por lo cual es muy probable que se generen relaciones sentimentales entre personas de diferentes países.

Esto es lo que ocurrió en mi caso. El destino quiso que conociese a una chica japonesa durante unas vacaciones en Japón, y por azar del destino una semana después a que volviese a España, ella tenía unos billetes de avión con destino a España para pasar las vacaciones. Por lo que volvimos a quedar, surgió el romance y tras unos años, nos casamos. Hemos estado juntos durante 5 años, y hemos tenido un hijo en común.

Pero ya sea por las diferencias culturales a la hora de criar a un hijo, por la distancia que a veces son inevitables, y por las idas y venidas de un país a otro, se hizo inevitable el divorcio. A pesar de que hoy en día todo está informatizado, los juzgados son unos órganos que todavía tienen que recorrer mucho camino para procurar una justicia más rápida.

Dado que ambos quisimos tramitar el divorcio en España, se nos pidió una serie de documentación que teníamos que pedir de las autoridades japonesas. Después de pasar todas las formalidades de los japoneses, entregamos la documentación al abogado español. Este nos comentó que, si quieres que tu caso vaya rápido, hay que entregar toda la información traducida por un traductor jurado.

En este momento fue cuando apareció ante mí la figura del traductor jurado. Un traductor o intérprete jurado es una persona que dispone de la potestad de realizar interpretaciones y traducciones de un idioma a otro certificando su contenido. Viene a ser algo similar a un fedatario público de la traducción, ya que el certifica que las traducciones son iguales y desprenden los mismos efectos.

Qué es y cuándo se necesita una traducción jurada

Una traducción jurada es una traducción de carácter oficial, que posee validez legal ante los organismos oficiales, además de tener varios requisitos indispensables: han de expedirse obligatoriamente en papel, deben poseer certificación, firma y sello del traductor jurado, responsabilizando jurídicamente a este de la fidelidad y exactitud del contenido de la traducción.

Una traducción jurada se tiene que presentar cuando se requiere o se aporta un documento escrito en un idioma no oficial, ante un organismo oficial del Estado, que puede ser una administración pública, un juzgado o una notaría) Cabe destacar que los requisitos del documento pueden cambiar dependiendo del organismo ante el que se presente y el tipo de documento.

En España las traducciones juradas se realizan por traductores jurados, que son especialistas en uno o varios idiomas a los que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, concede el título de traductor-intérprete. En mi caso, y a través de recomendaciones de varios conocidos, acudí a Jti, un traductor jurado capaz de traducir a más de treinta lenguas diferentes, incluidas el japonés, el chino y el coreano, entre otras.

Para finalizar diré que nunca sabemos cuándo vamos a salir a trabajar al extranjero, o cuando vamos a tener situaciones que impliquen trabajar con idiomas diferentes, y recibir documentación en ese idioma. Pero conocer la figura del traductor jurado, sus características, y cuándo es necesario acudir a él, puede sacarnos de un apuro algún día.

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