Hace ya mucho tiempo desde que la publicidad empezó a considerarse como una de las mejores maneras de hacer posible la obtención de la tan ansiada rentabilidad para un negocio. Y es que de poco vale que trabajemos en la obtención de los mejores productos, la prestación de los mejores servicios y la implantación de los mejores precios si nadie, o muy poca gente, sabe lo que estamos haciendo. La verdad es que este es un pensamiento que ya tenían hace siglos. Fruto de la aparición de ese pensamiento, nació la publicidad.
Pero es evidente que no se puede equiparar lo que hacemos hoy en materia publicitaria a lo que estábamos haciendo hace décadas. A decir verdad, es imposible seguir hoy las mismas estrategias que seguíamos hace apenas unos años. Lo que se demandaba hace un tiempo ahora ya no vale de nada e incluso puede ser del todo contraproducente. Hay que ajustarse a los tiempos en los que vivimos y eso exige que tengamos pleno control sobre las tendencias que se están implementando en este mismo momento en la sociedad. Es lo que tiene depender tanto de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, hay que tener clara una cosa. En los momentos en los que nos encontramos, podríamos clasificar a la población en dos grupos de personas: por un lado, las que han nacido manejando prácticamente cualquier herramienta digital y las que han convivido prácticamente durante toda su vida con los medios convencionales. ¿Qué conclusión podemos extraer de esto? Que jugar todo a una carta, o sea, apostar todo nuestro presupuesto como empresa al marketing digital o a una publicidad más tradicional, es un error. La clave está en apostar por ambas cosas. Y es que, aunque haya gente que no lo crea, todavía hay personas que leen en periódico y que no tienen redes sociales. Y puede tratarse de gente interesante para nuestro negocio.
En la combinación de recursos está muchas veces el éxito en lo que respecta a la publicidad que se desprende de los negocios. Y esa combinación exige que usemos medios convencionales de promoción además de los que todo el mundo ya tiene y que pertenecen al conocido como marketing digital. Desde Publigar nos han indicado que son muchos los negocios que tienen esto en cuenta y que, además de usar redes sociales o emplear recursos y dinero en un diseño web llamativo, también siguen interesándose por formatos tradicionales de publicidad como la contratación de mobiliario urbano o la emisión de cuñas radiofónicas.
Son precisamente estos negocios los que también indican que una estrategia como esta es la que les ha permitido seguir disfrutando de una buena cantidad de beneficios, incluso durante en la época en la que nos encontramos, tan marcada por el desvanecimiento de las economías familiares a causa de la llegada del coronavirus. Ni que decir tiene que, si son los mismos interesados los que manifiestan que esta manera de operar está funcionando, poco hay que añadir. Simplemente, que hay que seguir por este camino para que las empresas sigan expandiendo su nombre.
Una inversión publicitaria que crece
Os hemos enlazado, a continuación, una gráfica del portal web Statista en la que se indica cuál fue la inversión total en publicidad en lo que respecta a los últimos años. Como veis, fue especialmente entre los años 2012 y 2019 cuando creció esta inversión, que se paralizó en el año 2020 en lo que seguro se debió a una situación excepcional como la que vivimos con la llegada del coronavirus. Estamos convencidos de que, cuando sepamos los datos relativos al 2021, estos serán más parecidos a los que tuvimos en el 2019 que a los que terminaron por producirse en el año siguiente.
Ni que decir tiene que la inversión en marketing digital está creciendo. Es algo obvio y que responde a una lógica que indica que son más las personas que, para obtener información sobre un producto o servicio o incluso para comprarlo, recurre a Internet. Una noticia publicada en la web marketing4ecommerce indicaba que, en el año 2019, la inversión en marketing digital ya había superado a la inversión que hacen las empresas para emitir anuncios en televisión. Este es un dato que deja bien clara cuál es la tendencia en este mercado a día de hoy.
Sin embargo, recordad lo que hemos hablado: es lógico apostar cada vez en mayor medida por el marketing digital, pero no podemos jugárnosla a una sola carta. Sigue siendo de interés, en muchos casos, apostar por el marketing más tradicional. Y a las empresas es esto lo que les está funcionando. Lo más probable es que, de cara al futuro, esto deje de ser así. Pero, como también os comentábamos más arriba, el mundo en el que vivimos nos exige que vivamos en el presente.