El domingo 13 de enero de este 2019 las noticias mostraron uno de los peores sucesos que pueden ocurrir en nuestra sociedad. Julen, un niño de 13 años cayó en un pozo de cien metros de profundidad y apenas veinticinco centímetros de diámetro mientras jugaba cerca de un cerro propiedad de su familia.
Al día siguiente se encontraron las pruebas de que podría estar dentro del pozo, y sin pensarlo un centenar de bomberos, policías, sanitarios, expertos en rescate, ingeniero, etc.… se reunieron para llevar a cabo un plan complejo que consistía en crear un pozo paralelo que había que excavar y preparar para poder llegar al lugar dónde se pensaba que estaba el cuerpo de Julen.
Esto trajo consigo la colaboración de empresas y servicios de rescate para construir dicho pozo, que incluía un ascensor minúsculo en el que expertos en rescate minero (que han acabado siendo unos héroes) procedentes de Asturias tenían que bajar y realizar micro voladuras. Al fin, el viernes 25 de enero encontraron el cuerpo sin vida de Julen.
Lo que ha ocurrido es una tragedia, pero ha dejado en la sociedad una huella muy grande tras ver como los trabajos realizados por profesionales han permitido llevar a cabo una gran operación de rescate, que además de ser compleja, es costosa para las empresas que han participado.
Sin duda, una de las labores que más se destacó por la prensa fue la de la Brigada de Rescate de Asturias que fue la que encontró al niño. Y es que trabajaron contrarreloj y jugándose la vida, dejando claro que cuando se trata de trabajos en espacios confinados hay que acudir exclusivamente a profesionales.
En España hay muchos profesionales que se dedican a los trabajos verticales, pero no todas estas empresas son especialistas en trabajos en espacios confinados. Workprotect es una empresa catalana a la vanguardia tecnológica en los trabajos verticales, y además en los trabajos de rescate y en espacios confinados.
Un tipo de trabajo aún más arriesgado son los trabajos en altura en espacios confinados
Un espacio confinado es cualquier espacio con aberturas limitadas de entrada y salida y ventilación natural desfavorable, en el que pueden acumularse contaminantes tóxicos o inflamables, o tener una atmósfera deficiente en oxígeno, y que no está concebido para una ocupación continuada por parte del trabajador. Si además este espacio confinado presenta riesgo de caída en altura y el trabajo a ejecutar requiere del uso de técnicas de acceso mediante cuerdas obtenemos un entorno de trabajo sólo apto para profesionales perfectamente preparados.
Los riesgos específicos de los espacios confinados son aquellos ocasionados por las condiciones especiales en que se desarrolla este tipo de trabajo. Son inherentes a la definición de espacio confinado y son causados por una atmósfera peligrosa que puede dar lugar a los riesgos, como puede ser la asfixia. El aire que respiramos contiene un 20,9% de oxígeno. La reducción de esta proporción puede producir síntomas de asfixia que se van agravando conforme disminuye ese porcentaje. Esta reducción puede encontrar su origen al producirse un consumo del oxígeno disponible o a un desplazamiento de éste por otros gases.
Otro riesgo asociado es el de intoxicación, pues la concentración en aire de productos tóxicos por encima de determinados límites de exposición puede producir intoxicaciones agudas o enfermedades. Las sustancias tóxicas en un recinto confinado pueden ser gases, vapores o polvo fino en suspensión en el aire. La aparición de una atmósfera tóxica puede tener orígenes diversos, ya sea por existir el contaminante o por generarse éste al realizar el trabajo en el espacio confinado.
La intoxicación en esta clase de trabajos suele ser aguda ya que la concentración que la produce es alta. Si la concentración es baja las consecuencias son difíciles de detectar debido a la duración limitada de este tipo de trabajos. Si son repetitivos pueden dar lugar a enfermedades profesionales.
Y el riesgo más peligros es sin duda el de incendio o explosión, pues en un espacio confinado se puede formar con extraordinaria facilidad una atmósfera inflamable. El hecho de formarse una atmósfera inflamable puede deberse a diversas causas, como evaporación de disolventes de pintura, restos de líquidos inflamables, reacciones químicas, movimiento de grano de cereales, piensos, etc., siempre que exista gas, vapor o polvo combustible en el ambiente y su concentración esté comprendida entre sus límites de inflamabilidad.