Este año cuidado con el Aire Acondicionado

El calor va a pegar fuerte este verano y eso es algo en lo que todos los expertos en meteorología están de acuerdo así que podríamos hablar de dos opciones para mejorar nuestra situación dentro de casa: el aire acondicionado y las bañeras. Pero esta segunda opción me parece un poco más complicada porque ni podemos pasarnos todo el día a remojo ni podemos estar llenando la bañera cada dos por tres (el gasto de agua sería desmesurado).

Visto lo visto la opción del aire acondicionado es la más factible, aunque no para todos los bolsillos. Por ejemplo, ante un aire acondicionado que no funciona bien tenemos dos opciones, cambiarlo o repararlo y por regla general la segunda suele salir más económica que la primera. Ahora bien, si el tema no es muy complicado podemos incluso repararlo nosotros mismos. Por ejemplo, ante una rotura de tubería o una obstrucción que es una avería muy común, tenemos la opción de adquirir estos tubos para aire acondicionado y realizar el cambio nosotros mismos.

Sin embargo, hemos de tener mucho cuidado porque las altas temperaturas que vamos a vivir este verano, sobre todo en el sur de España, pueden traer consigo ciertas enfermedades propiciadas precisamente por el uso excesivo del aire acondicionado. Para empezar, el fresco artificial tiende a secar la boda y las vías respiratorias,  sobre todo si el aparato está programado a menos de 22º de temperatura.

Algunas molestias que puede generar el uso del aire acondicionado son los conocidos catarros, pero también pueden agravar las alergias respiratorias, la faringitis y hasta pueden provocar broncoespasmos en pacientes asmáticos.

Cuando respiramos, el aire que ingresa en las vías respiratorias por la nariz es filtrado, calentado y humidificado, pero las temperaturas extremas tienden a disminuir la humedad de las mucosas de las vías respiratorias produciendo molestias rinofaríngeas y sequedad de boda. Tales cambios, según los especialistas, alteran las barreras defensivas de las personas, condición que las vuelve susceptibles a diferentes tipos de infecciones. Esto ocurre especialmente cuando las marcas térmicas de los dispositivos son programadas a menos de 22 grados.

El frío irrita las vías respiratorias que comienzan en las fosas nasales y terminan en los bronquios, produciendo broncoconstricción en la vía aérea, por eso, los que corren más peligro, son los pacientes alérgicos, los que sufren de asma bronquial, los niños, los fumadores crónicos y los pacientes con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

¿Qué dice la OMS?

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recuerda que el acondicionamiento de la temperatura interna en los grandes edificios y empresas es responsable de un cuadro caracterizado por irritación de las mucosas de nariz, ojos y piel, de repetitivas cefaleas y de un estado de fatiga crónico.

Además, el aire artificial puede alterar el sueño ya que cuando se duerme con aire acondicionado a baja temperatura se suele “fragmentar el sueño”. Es decir, que se sufre de despertares que alteran el patrón normal necesario para un buen dormir.

La calidad del sueño puede trastornarse por los efectos propios del dispositivo como temperaturas extremas (frío-calor), ruidos provocados por el aparato o acumulación de polvo, ácaros y hongos en los filtros.

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