El euskera: una lengua de la que disfrutar

La diversidad de idiomas que podemos encontrar en España es una auténtica joya para valorar nuestra riqueza cultural. El gallego, el catalán y el euskera son las tres lenguas que, junto al castellano, cohabitan en algunas de las Comunidades Autónomas que forman parte de su país. Su uso es tan legítimo como recomendable y desde los poderes públicos es obligatorio fomentar la correcta integración de éstas con el propio castellano.

Y se debe hacer por una sencilla razón. Fomentando el uso de una lengua se fomenta a su vez una cultura compuesta por diferentes tradiciones, normas, maneras de entender la vida, etcétera. Si esa cultura convive con otra, como sucede en varios lugares dentro de nuestro país, obtenemos una diversidad que nos enriquece a todos y que nos permite obtener un valor social y desarrollarnos como personas humanas.

Siempre he creído en la pacífica convivencia de culturas, idiomas o religiones. Por eso me ha llamado la atención una de las lenguas que existen en España: el euskera, la única prerrománica y cuyo origen sigue a día de hoy siendo prácticamente desconocido. Como además soy del Athletic desde muy pequeño, escuchar palabras en este idioma me resulta muy familiar desde siempre. Esto me ha influenciado a la hora de querer conocer más acerca del euskera y de todo lo concerniente al territorio vasco.

Estaba muy interesado en conocer la llamada Euskararen Etxea, la Casa del Euskera, para tener una visión todavía más global de todo lo que implica la cultura y la lengua vasca. Me parecía una visita interesante y que me podía aportar mucho bagaje intelectual, así que junto con algunos antiguos compañeros de la Universidad, empecé a mirar opciones en Internet para organizarlo todo.

Lo mejor que podía hacer era sin duda contactar con Azkue Fundazioa, una fundación encargada de promocionar el idioma y la encargada de gestionar todo lo referente a la casa del Euskera. Observé que en la página web podía reservar la visita de una manera rápida y cómoda y no lo dudé ni un instante. La reserva se completó sin problemas y empecé a frotarme las manos.

El día de la visita llegó y tanto mis amigos como yo fuimos partícipes de las actividades previstas en la Casa para aquel día. Pudimos formar parte de talleres, cursos o charlas que tenían el euskera como elemento común, algo que nos hizo aprender cosas nuevas y acercarnos un poco más una lengua que debe ser reconocida y que tiene su arraigo en la zona de Euskadi pero también en Navarra.

Educar a los niños es clave para garantizar la supervivencia del idioma y este es el motivo por el cual la Casa organiza de manera regular diferentes actividades infantiles que tuvimos la ocasión de presenciar durante nuestra visita.

Una relación especial con Euskadi

Como antes os comentaba, mi relación con la zona es especial desde que era bastante joven a causa de mi simpatía por el Athletic, el equipo de fútbol más laureado del territorio. El deporte ha sido el vehículo a través del cual he forjado mi conocimiento por el idioma, ya que en muchas ocasiones he seguido las retransmisiones de ETB acerca de algún partido o evento relacionado con el club.

Todo esto se ha visto engrandecido a causa de mi pasión por el baloncesto en general y por el Baskonia en particular. ETB se ha volcado en los últimos años con retransmisiones del equipo vitoriano tanto en la ACB como en la Euroliga y eso me ha permitido estar en contacto con el idioma de manera casi permanente.

Para mí, hacerlo es un auténtico placer. El euskera es un idioma majestuoso. Siempre me ha llamado mucho la atención el hecho de que posea declinaciones, como el latín. Creo que esta es una característica que llama la atención y que, como muchas otras, acerca a los no vascos a ella. También esta es una manera de impedir que se extinga. Procuremos entre todos que eso no ocurra.

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