En Alemania, el precio de matrícula de una carrera universitaria es inferior a los 100 euros . De hecho, en la mayoría de ellas no supera los 50 euros. En Dinamarca es gratis, al igual que en Grecia, Noruega, Suecia, o Escocia. En Francia, la media está en 184 euros de matrícula, y en Bélgica (el centro de negocios de Europa) la media es de 836 euros. En España pagamos 1110, pero eso son sólo los afortunados porque hay grados universitarios cuya matrícula supera los 2000 euros (y ya no hablemos de post grados o másteres, porque los precios son prohibitivos).
Yo tuve la suerte de poder estudiar en una de las mejores universidades españolas, Formatic-Barcelona, una escuela universitaria a la que no todos tenían acceso debido al estado de su economía familiar. Yo fui una afortunada, lo sé y no lo escondo, pero lo que no puedo entender es que esas familias que antes no podían pagar estudios privados a sus hijos ahora ya no puedan ni pagárselos en universidades públicas. Me resulta indignante.
Conozco jóvenes que han dejado sus estudios por culpa de los precios actuales de las matrículas que, sumado a los libros, material, transporte, fotocopias y demás gastos se les crea un presupuesto total imposible de asumir, ni por ellos ni por sus familias. Algunos piensan que esos jóvenes deberían espabilar y ponerse a trabajar a media jornada, y es cierto, a muchos de ellos les vendría bien para comprender lo que es la vida, pero la realidad es que eso no es excusa. Todos y cada uno de los ciudadanos españoles deberíamos tener la posibilidad de estudiar una carrera si ese es nuestro deseo, independientemente del nivel económico que tengamos, y si además decidimos trabajar a media jornada para ahorrar o ayudar a nuestras familias mucho mejor.
Un caso de éxito
Antonio Martínez es un joven de Tarragona que dejó sus estudios de ADE en la universidad autónoma de Barcelona debido su estado financiero. Trabajó como camarero durante dos años y luego montó una pequeña empresa online don los conocimientos que ya poseía de haber cursado primero y segundo de ADE. Por suerte la empresa le ha ido muy bien. Se trata de una página web de juguetes eróticos, profilácticos, higiene íntima y demás productos relacionados donde realizan el envío en paquetes totalmente opacos y sólo se entregan en mano al comprador, bajo firma, para evitar que otra persona pueda recibir el paquete en casa y vea su contenido. Es decir, total confidencialidad.
Y es que los negocios en Internet, sobre todo los que tienen que ver con el mundo sexual, funcionan bastante bien. Hay muchas personas a las que entrar en un sexshop o tienda erótica les resulta demasiado incómodo, mientras que a través de la red nadie puede verte comprar un producto o salir de la tienda física y eso les ayuda a adquirir juguetes, condones, lubricantes, etc. Comercialapra.com es una tienda online que vende tanto al particular como al profesional del sector y, en estos últimos años ha ido creciendo de manera exponencial año tras año. Parece que el tabú o la vergüenza que a algunos les sigue provocando todo el tema sexual favorece el negocio de otros.
Este chico, Antonio Martínez, ha conseguido regresar a sus estudios con 27 años., tras haber abandonado la carrera con 21, y es todo un ejemplo de éxito y superación, pero no todos tienen tanta suerte.
Otros países con matrículas elevadas son Italia, Holanda, Irlanda, Lituania… No somos los únicos a los que estudiar les cuesta un “Ojo de la cara”, pero no podemos compararnos con muchos de ellos porque el nivel de vida y los sueldos tampoco lo son. Suiza tiene un coste de matrícula medio de 1630 euros, el sueldo medio es de 5.058 euros/mes, mientras que en España tenemos un coste medio de matrícula de 1100 euros y un sueldo medio de 757 euros con, además, demasiadas familias en el paro o cobrando el sueldo mínimo de 645 euros/mes. Una auténtica barbaridad.