Una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo es sin duda la boca. Ésta es, a su vez, una de las más utilizadas de nuestro cuerpo: la usamos para ingerir alimentos o bebidas, para hablar, para respirar…la importancia que tiene la boca para el ser humano es muy grande y por eso mantenerla bonita y cuidada es fundamental para construir una buena imagen de nosotros mismos.
Dentro de la boca, merecen especial mención los dientes. No cuidar de manera permanente nuestra dentadura implica para nosotros una serie de incomodidades que pueden hacer de la vida algo francamente incómodo: muelas picadas, caries, excesiva sensibilidad al masticar, sangrado de encías, mal aliento… y probablemente muchos más problemas que es necesario evitar para tener una boca sana.
En mi caso, los problemas que padecía superaron a todos esos. Tengo que reconocer que antes de padecerlos no mostraba demasiada atención a mi salud bucodental y que tuve que sufrir y de qué manera para conseguir devolverle la salud a mis dientes y mi boca. En concreto, lo que a mí me sucedía era que dos de mis piezas dentales se habían desprendido y necesitaba los correspondientes implantes para lucir en perfectas condiciones.
Os podéis imaginar la vergüenza que para mí suponía salir a la calle en ese estado. Me sentiría incómodo, observado, humillado. Necesitaba cuanto antes que me implantaran nuevas piezas dentales en los huecos en los que se habían situado las otras. Lo necesitaba para poder hacer mi vida normal. Hasta entonces, eso sería muy difícil.
Desde casa comencé a buscar información para encontrar una clínica en la que me realizaran los implantes lo antes posible y que no fuese demasiado cara. Vi algunos anuncios pero lo empresa que me convenció fue sin duda Periodoncia Cazalvara y morante, una entidad especializada en los implantes dentales que tanta falta me hacían. Contacté con ellos y me citaron para evaluar mi caso.
Acudí a la clínica y, efectivamente, constataron que necesitaba de manera urgente varias piezas. Para ello me hicieron una limpieza bucal y, antes de comenzar el proceso, me recomendaron ponerme unos implantes de titanio porque de esa manera no existía el rechazo, es decir, el hecho de que el implante no se integrara completamente con el hueso. Me pareció una idea estupenda y di orden de que me colocaran los implantes correspondientes.
Y mi vida volvió a ser la de antes
Cuando pasó un tiempo y tuve mis implantes perfectamente colocados me di cuenta de que por fin era la hora de recuperar la normalidad. Al fin podía sonreír otra vez sin miedo de que al exhibir mi boca se vieran los huecos que habían dejado los dientes caídos. También podía volver a comer sin miedo de hacerme un daño terrorífico al masticar. La verdad es que mi vida estaba volviendo a ser la de siempre y no hay mejor sensación que esa después de haberlo pasado tan mal.
Es importante inculcar un buen cuidado de la salud dental a todo el mundo, especialmente a los niños. Aunque un estudio llevado a cabo por las universidades de Salamanca y Granada asegura que la salud bucodental de nuestros menores es mejor que la de hace algunas décadas, no es conveniente relajarse. Por desgracia sigue habiendo muchos casos como el mío, en los que el poco cuidado de los dientes ha devenido en el implante de nuevas piezas. Pero por suerte existen grandes especialistas como los de www.periodonciamadrid.org, gracias a los cuales podemos recuperar nuestra sonrisa y a un precio para nada alto. Yo he terminado encantado.