No es tan famosa como el marisco, ni como el pulpo ni como sus pimientos de padrón, pero hay un elemento del que Galicia puede también estar bien orgulloso. No ocupa portadas en los periódicos ni sale en la televisión, pero se está convirtiendo poco a poco en todo un referente para toda Europa, se trata de la pizarra gallega.
Según los últimos datos, la exportación de pizarra subió en los cinco primeros meses de este año respecto al mismo período de 2015. Una subida tímida pero que demuestra que esto sigue su progresión. Supuso un incremento de 400.000 euros en un sector que hasta mayo facturó casi 108,5 millones. No es mucho, pero es el síntoma de que no va para atrás. Pero es que el negocio remonta en ventas y también en cantidad de pizarra. Sobre todo en la exportada, en este caso hasta 3.000 toneladas de diferencia en un montante total que subió hasta las 204.451. Está claro que España, y más concretamente Galicia, puede presumir de su pizarra. Hay verdaderos artistas que te muestran sus obras realizas en este material y se te queda cara de bobo.
Ponferrada, la fuente
La pizarra sigue siendo un sector muy importante para la economía gallega, y en especial para la de Ourense, pero también para zonas limítrofes como Ponferrada en León. En el mismo Bierzo se encuentra la empresa Ardoises Despagne, que exporta a más de 20 países, gracias a un sistema de transporte ágil y eficaz. Una empresa familiar con más de tres generaciones que cuidan y miman el negro elemento.
El interés por la pizarra para los inversores hay que buscarlo en la rentabilidad. La pizarra tiene una rentabilidad de alrededor de un 20 %, superior a otros sectores, como el de la construcción, que se mueve en porcentajes de un 4 %, explican fuentes del sector. Además da muchos puestos de trabajo.
Y es que la pizarra es uno de los materiales más resistentes y estéticos, con sus sutiles variaciones de tonalidades y texturas. Con su estructura natural y sus características versátiles, la pizarra es y seguirá siendo durante generaciones una preferencia natural de arquitectos, diseñadores y constructores. Son muchos los que las emplean para hacer auténticas obras de arte. Además la utilización de la pizarra como material de cubiertas es una elección más económica de lo que pueda parecer a primera vista, si tenemos en cuenta la longevidad de la pizarra y el mantenimiento mínimo que necesita.
Una belleza
Pero si por algo me gusta la pizarra es por su belleza. Son muy apreciables las diferentes texturas, tonalidades y la diversidad de formatos empleados en técnicas de colocación en los edificios unos efectos estéticos destacados, difícilmente obtenidos con otros materiales.
Así pues, cuando todo son noticias negativas en los medios de comunicación sobre la minería o sobre este sector, hay que recordar que hay un elemento que sigue manteniéndose fuerte, y como demuestran los datos, con ganas de seguir creciendo.