La vivienda, cada vez más inaccesible

Que comprar una vivienda en cualquier punto de España no es sencillo para el bolsillo medio lo sabemos, y da igual que sea de segunda mano porque tampoco es que sean muy económicas, ahora bien, también es sabido que comprar casa en Barcelona, Madrid o Ibiza va a ser mucho más caro que hacerlo en Albacete o Cuenca. Debido a ello, no sólo los compradores sufren la situación, sino que familias y herederos de viviendas que necesitan vender con cierta urgencia se encuentran ante la tesitura de que si lo hacen al precio actual es posible que tarden años en vender y si la rebajan acabarán perdiendo dinero. Por lo tanto, ¿qué hacemos?

Hay una empresa muy conocida en la capital que analiza e investiga la situación con el fin de ayudar a los propietarios a vender su casa en Madrid, se trata de Smart-Sell, una inmobiliaria que se sale un poco del uso generalizado. “Los propietarios tienen la necesidad de vender, muchas veces con cierta premura, y se topan con que les es prácticamente imposible, tanto por la economía actual como por la situación en la que se mueve ahora el sector, y de esa necesidad de ayuda nace Smart-Sell”, asegura el director de la empresa “lo que queremos es asesorar a los propietarios para que vendan su vivienda lo más rápido posible. Nosotros nos encargamos de todo, incluso de si hay que hacer reformas en la vivienda, ellos solo tienen que esperar y disfrutar de otras cosas mientras nosotros vendemos su casa”.

Este tipo de inmobiliaria, cada vez más extendida, nace de esa necesidad y, en parte, es también una inmobiliaria que interesa al comprador medio pues acaban consiguiendo pisos reformados, de segunda mano la mayoría, a precios equilibrados con el mercado actual.

Las casas seguirán subiendo

Pero el mayor problema no es que la situación ya sea complicada, sino que se prevé que las casas seguirán subiendo durante este 2018 hasta un 10% en ciudades como Madrid, Valencia, Málaga y Baleares. ¿Estamos a punto de vivir una nueva burbuja inmobiliaria?

La consultora CBRE calcula que en la última década 880.000 nuevos hogares se han decantado por el alquiler, que ya supone el 22,5% del parque, y todo debido a los altos precios en el sector de la compra-venta de viviendas nuevas y de segunda mano.

Para entender la subida del 10% que se va a registrar en los mercados de viviendas de esas cuatro localizaciones hay que tener en cuenta que casi la mitad de la demanda (49%) se concentra sobre todo en ciudades con niveles adquisitivos más altos, como las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona y las regiones con un sector turístico consolidado, como Alicante, Málaga, Valencia y Baleares. Además, la CBRE prevé que hasta final de año se superarán las 575.000 transacciones anuales, es decir, un incremento del 8% anual, lo que significa que, a pesar de todo, el mercado seguirá activo.

Familias hasta el cuello

Toda esta situación, trasladada al ámbito familiar, supone que familias (tanto propietarias como compradoras) se vean hasta el cuello en muchas situaciones. Hay jóvenes familias que, en busca de una vivienda propia, acaban pagando hipotecas que nos les permiten tener absolutamente nada de ocio y que, por ende, acaban viviendo durante años prácticamente al día, sin conseguir ahorro ninguno a final de mes (para que luego venga Rajoy apoyando el ahorro para la jubilación). Ana María Garrido, con quien hablamos ayer, nos cuenta su situación: “Hasta hace un año vivía sola, en una casa heredada de mi abuela, y ya me costaba llegar a fin de mes con mi sueldo (1000 euros netos aproximadamente). Entre gastos de comunidad, facturas de luz, agua, teléfono, Internet, la comida, gasolina y demás gastos fijos me dejaba ya la mitad del sueldo  y de la otra mitad tenía que ahorrar alrededor de 300 euros euros al mes para los meses en los que venían las facturas de los seguros de hogar y coche, el IBI, el Impuesto de Circulación y la ITV, etc. Al final me quedaban unos 200 euros al mes para ocio y ahorro, eso era imposible”. Ahora su situación ha cambiado, pero no ha mejorado demasiado: “Al casarme, mi marido y yo nos compramos una vivienda por la que pagamos 550 euros de hipoteca y contamos con dos sueldos de mil euros cada uno, eso significa que la mejoría no ha sido mucha y como queremos ampliar familia mi intención es vender la vivienda que ahora tengo vacía, donde vivía hasta el año pasado, pero es imposible”.

Ana se ha encontrado ante la situación de que si piden por la vivienda lo que marca el mercado actual tendrá que esperar años hasta conseguir venderla y si pide un precio demasiado bajo (por debajo de lo que marca el catastro) tendrá que pagar un buen dinero a hacienda por vender algo por debajo de su valor. “Estamos atados de pies y manos”, asegura Garrido.

Ahora bien, no es sólo Madrid la única ciudad en la que ocurren estas situaciones, según un estudio de Idealista la tasa de esfuerzo para comprar una casa en ciertos barrios de Barcelona y Madrid supera la media nacional de las familias con gran diferencia.

Los expertos aseguran que no estamos ante el inicio de una nueva burbuja inmobiliaria pero ya hay economistas y profesionales del sector inmobiliario que empiezan a plantearse esta duda. ¿Será el momento de empezar a bajar los alquileres por ley con el fin de que todos podamos tener acceso a una vivienda digna? ¿Acabaremos sufriendo de nuevo algo similar a lo que ocurrió hace menos de diez años? Tendremos que esperar para comprobarlo.

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