Las mascarillas contra COVID-19 hacen un gran trabajo protegiéndonos, a nosotros y a los demás, de la amenaza del virus. Sin embargo, como todo, tienen algunos efectos adversos que, aunque no ponen en riesgo tu salud, si son incómodos y alteran nuestra piel y boca.
Por supuesto, no se puede pensar en dejar de utilizarlas ya que ahora mismo, las mascarillas son la principal arma que se puede utilizar para combatir el COVID-19.
Y es que aunque, según los expertos, estas no sean un mecanismo de defensa suficiente por si sola, si son la mejor forma de evitar nuevos brotes de SARS-CoV-2, incluso aquellas que son sólo un 50% efectivas:
«No se trata sólo de usar mascarillas. No se trata sólo de distanciamiento físico. No es sólo lavarse las manos. Hazlo todo», explicitaba con anterioridad, Maria Van Kerkhove, directora técnica de la Organización Mundial de la Salud.
Lo bueno es que puedes evitarlos sin que esto signifique que quedarás expuesto al contagio con COVID-19. Por ejemplo, Gustavo de Luiz, jefe del servicio de Neumología del hospital Vithas Xanit Internacional, en Benalmádena (Málaga), recomiendan hacer pausas de 5 o 10 minutos por cada hora o incluso cada 45 minutos en su uso.
Asimismo, si se ha utilizado la mascarilla más de 4 horas o 5 horas, la pausa debería prolongarse entre 30 minutos y 60 minutos, siempre y cuando no incumpla con las medidas de seguridad.
Para que estés al tanto de los efectos secundarios que las mascarillas están causando en nuestra piel y boca, y que puedes hacer para evitarlo, te presentamos un listado con todo lo que necesitas saber.
Efectos secundarios que derivan del uso prolongado de las mascarillas
Acné
De acuerdo con la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés), las mascarillas pueden ser un poco agresivas con tu piel y causar problemas como el acné o la descamación de la piel.
Para evitar o aliviar los síntomas, los dermatólogos recomiendan limpiar e hidratar el rostro a diario. Asimismo, desaconsejan el uso de bases de maquillaje o cualquier otro producto que pueda obstruir los poros y provoque brotes. Mejor opta por productos no comedogénicos o cuya etiqueta certifique que «no obstruye los poros».
Ojos secos
El flujo de aire que genera la mascarilla desestabiliza la película lagrimal y afecta a la evaporación y el tiempo de contacto con el ojo, provocando síntomas como pesadez en los párpados, hinchazón, irritación ocular y vista borrosa, aunque pueden no presentarse todas a la vez. Afección que suele afectar más a aquellas personas que utilizan lentillas o padecen conjuntivitis crónica.
Además, la sensación generaría el impulso de tocarse los ojos y las manos poniéndonos en riesgo de contagiarnos.
Piel seca
«La piel seca es un problema cutáneo común con mascarillas faciales», sostienen los expertos de la AAD, quienes recomiendan la aplicación de humectantes que proporcionan una capa protectora que reduce la sequedad.
Según Carrie L. Kovarik, dermatóloga certificada de la AAD, estos incluyen entre sus ingredientes: ceramidas, ácido hialurónico y dimeticona, los cuales alivian los síntomas de una piel irritada.
«El humectante puede prevenir problemas, especialmente si tiene la piel seca o sensible», dice Kovarik.
Afecciones bucales
Según los expertos en salud bucal de Clínicas Odonthos, el uso de la mascarilla de forma prolongada también puede afectar nuestra salud bucal provocando halitosis, caries y desmineralización del diente.
En la boca tenemos muchas bacterias que forman parte de nuestro propio organismo. Algunas aprovechan para activarse cuando tenemos las defensas bajas, y otras se activan en ausencia de oxígeno libre, lo que sucede debido al uso de la mascarilla.
Cuando llevamos mascarilla tenemos menos exposición al aire, abrimos nuestra boca y hablamos menos, se nos quedan resto de saliva, etc.; lo cual provoca que aparezcan las bacterias que originan el mal aliento (halitosis), ciertas patologías, e incluso la tinción en los dientes.
La halitosis (mal aliento) es una de las primeras consecuencias del uso de las mascarillas. Para evitarlo, tendríamos que cambiarlas cada 4 ó 5 horas, y estimular la secreción salival a través de la masticación de alimentos duros y sin azúcar. Además de beber mucha agua, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y seguir una dieta saludable.
Por su parte, la desmineralización del diente y la caries son de las enfermedades más comunes, y la prevención es la mejor protección que existe. Para esto, la mejor recomendación es practicar unos buenos hábitos de salud bucal y asistir con frecuencia al dentista para detectarlas a tiempo.
Sin embargo, esto no es lo único. En la parte externa de nuestra boca, nuestros labios también se ven afectados, resecándose y agrietándose. En estos casos, los expertos recomiendan aplicar vaselina después de lavarte la cara, antes de ponerte la mascarilla y antes de ir a la cama.
Recuerda que tu boca es el punto de entrada a tus vías respiratorias y digestivas, y algunas de estas bacterias pueden causar otras enfermedades a nivel general. Sigue las indicaciones que te hemos dado, mantén una buena salud bucal y no dejes de visitar al dentista.
Picazón y erupciones
Algunos pacientes han reportado sarpullidos e irritación en la cara y el cuello por el uso prolongado de las mascarillas, según News Channel 10:
«Si tiene la piel seca, es mejor ponerse crema hidratante antes de usar una mascarilla. Esto puede ayudar a prevenir la irritación de la piel donde la mascarilla frota su cara».
Igualmente, debemos estar atentos ya que las erupciones podrían deberse más bien a los productos que ya utilizas para la piel. Aquellos que conllevan ácido salicílico sin aclarado, retinoide o aftershave pueden llegar a irritarla.
Roces detrás de las orejas
Las personas que utilizan las mascarillas faciales durante varias horas mientras trabajan o viajan de un sitio a otro, han sufrido muchas veces la tirantez de sus cuerdas en las orejas.
Y aunque parece que se trata de buscar cómo colocarte la mascarilla mejor, hay varias alternativas para sentirte más cómodo en estas situaciones. Por ejemplo, algunas personas utilizan diademas con botones para atar las asas de la mascarilla, otras, ganchos para unir las cuerdas al cuello o refuerzos en las asas, o incluso, optan por soluciones más prácticas como enrollar un pañuelo de papel sobre el asa.
Respiración incómoda durante actividades deportivas
Como ya muchos han experimentado, al practicar deportes como montar en bici o correr, la mascarilla puede resultar incómoda para muchas personas, haciéndolos sentir incomodos al respirar.
Para evitar esta sensación, un estudio publicado en American Thoracic Society recomienda empezar la actividad con poca intensidad y realizar descansos prolongados. De acuerdo con los expertos, si sigues estos consejos, no notarás síntomas de disnea después de varias semanas de adaptación.
Problemas para respirar en personas con EPOC o niños
Las personas que tienen patologías respiratorias graves, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica suelen serios problemas con los protectores faciales:
«Las mascarillas faciales dificultan la respiración. Para las personas con EPOC, las mascarillas faciales son de hecho intolerables ya que empeoran su disnea».
Para prevenir afecciones en la respiración, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan no colocar cubiertas faciales de tela a niños pequeños menores de 2 años, al igual que a cualquier persona que tenga problemas para respirar, o que esté inconsciente, incapacitado o que no pueda quitarse la máscara sin ayuda.
Ansiedad
A nivel psicológico, las mascarillas también tienen sus efectos adversos. Por ejemplo, tanto el uso como la ausencia de las mascarillas puede generar altos niveles de ansiedad, de acuerdo con Mind, una organización benéfica de salud mental en Inglaterra y Gales.
«Es posible que te sientas ansioso o con pánico, ya que cubrirse la boca y la nariz podría afectar al aire que respiras. Esto puede causar síntomas como el mareo o la sensación de estar enfermo, algo que puedes asociar a la mascarilla».
Asimismo, otros síntomas asociados son: la claustrofobia, sentimientos negativos relacionados con la identidad o imagen corporal o sobrecarga sensorial, debido al roce de algunos materiales con la piel.
«Nuestro cuerpo no está hecho para llevar una máscara, es algo que tenemos que ponernos en este momento sólo por la pandemia, así que tenemos que ajustarnos. Tienes que adaptarte a la situación, más sabiendo que usar una mascarilla puede salvar la vida de otra persona», explican los expertos.
Incomodidad
Como consecuencia de todos los efectos secundarios mencionados anteriormente, puedes llegar a sentir incomodidad al utilizar las mascarillas faciales contra COVID-19.
Y aunque si es verdad que no son nada comparadas con sufrir del contagio del virus, no quiere decir que no tengamos derecho a estar a gusto, sin afectar nuestro estado físico y mental, mientras respetamos las medidas contra el SARS-CoV-2.
Para lograrlo, además de poner en práctica todos estos consejos, también debes elegir muy bien el tipo de mascarilla que utilizas, buscar los ajustes que te protejan y te hagan sentir más cómodo, y hacer descansos durante las horas que la llevas puesta.
«Si bien quieres que tu mascarilla se ajuste cómodamente alrededor de tu cara para evitar que las gotitas respiratorias se escapen no entren, no significa que esté tan apretada que te duela la cara o no tengas espacio para respirar bien».