El sector editorial es uno de los más fuertes en España, pero no siempre como pudiéramos pensar por la literatura, sino porque está muy reforzado por la parte que se le atribuye el peso a los libros de texto. De hecho, los últimos datos nos indican que ha crecido, y que esto ha sido por las novelas y por los métodos. No obstante, meter la cabeza en él es muy complicado si eres un escritor novel y quieres publicar tus libros. Hoy vamos a explicarte cómo conseguir cumplir este sueño, y está muy lejos de enviar un bruto a una editorial, más bien se aproxima a pasárselo a Gráficas Xpress, una imprenta buena donde no hagan una chapuza con tu trabajo.
Y es que a las editoriales les cuesta mucho publicar un libro, y más si es de un autor nuevo que no es buscado por el gran público. Pese a que muchas veces el precio de estos volúmenes se nos hace bastante caro, rondando los 20 euros, lo cierto es que es muy pequeño el porcentaje que se queda la editorial, ya que la mayor parte del dinero se lo llevan las distribuidoras y las librerías o centros comerciales. Es más, si te planteas vivir de esto, deberías saber que quizás un autor deba considerarse bien pagado si ronda el 8 por ciento. Pocos autores son los que quizás lleguen a un 15, como puede ser el caso de Mario Vargas Llosa, pero es no estamos hablando de un escritor novel, sino de un Premio Nobel. Es más, es muy probable que este reputado escritor se esté embolsando más dinero por sus conferencias o colaboraciones en prensa que por sus libros.
Costes reales
Pero volvamos a donde estábamos, a los costes de publicar un libro. Se trata de algo muy caro para las editoriales, que tienen un proceso de producción con muchos costes. Normalmente cada uno de los volúmenes que van a publicar pasan por varias manos. Suele haber un corrector de ortotipografía y estilo que se encarga de darle forma al libro. Muchos autores se creen que lo tienen todo al contar con una gran idea o una buena historia. Nada más lejos de la realidad. Los textos que llegan a las editoriales dejan mucho que desear en cuanto a escritura. Muchos de ellos llevan unas construcciones tan mal hechas y unas erratas tan abominables que sorprenderían incluso a algún niño de primaria. Por lo tanto el corrector debe dedicarles muchas horas de su trabajo, y eso se paga. Posteriormente, es el maquetador quien se pone manos a la obra para darle la forma de libro. Y si es un trabajador muy completo, nos hará también el diseño de la cubierta, algo que de encargárselo a otro todavía encarecería mucho más el precio. De aquí, tras varias revisiones y procesos como conseguir el ISBN, la certificación por así decirlo de su publicación para España, pasa a la fase de imprenta, donde los gastos crecen exponencialmente en función de las unidades que vayamos a sacar, el tipo de papel que escojamos, la calidad de la cubierta o del encuadernado, etc.
Pues bien, si fueses una editorial, ¿invertirías entonces en un autor novel del que apenas hablarán las revistas y que estará por detrás de las novedades o de los reconocidos y best sellers en los expositores? La verdad es que la respuesta en prácticamente obvia. Pocas son las editoriales que tienen lectores también para aconsejar apostar por un libro.
Así, te quedan nada más que dos opciones para sacar al público tu libro. La primera de ellas reproduciría prácticamente el proceso anterior. ¿Cuál es la diferencia? Muy simple: tendrías que buscar una editorial que se dedicase a los libros de autoedición y sufragar tú todo el proceso o una gran parte, eso sí, guardándote el derecho de empezar a cobrar un porcentaje a partir de un determinado número de ejemplares con los que se cubren los gastos ocasionados. Esta es la forma más sencilla de ver tu libro en las librerías, pero hay que tener en cuenta que no significa que vaya ser un éxito, solamente estará en el mercado.
La otra opción pasa más bien por no sacarlos al público y dedicarte a presentarlos a los concursos literarios que hay en un montón de localidades españolas e incluso en el extranjero si te animas a traducirlo. En este caso los ganadores suelen tener el privilegio no solamente de recibir el premio en metálico, sino también de ver sus textos publicados. Y las propias editoriales serán quienes deseen dar bola a tus libros ya que han invertido en ellos.
Lo que está claro es que muy pocas veces será la editorial la que venga a la puerta de tu casa a ofrecerte algo bueno. En escasas ocasiones se han dado este tipo de casos. Suele ocurrirles a personajes reconocidos, a quienes les ofrecen escribir por contrato, o a escritores ya de éxito de quienes desean un nuevo texto. Uno de los pocos ejemplos del caso contrario puede ser Federico Moccia, el escritor italiano de novelas románticas. Su texto fue fotocopiándose por Italia entre los jóvenes y llegó a manos de un profesional que después negocio su contrato. Pero eso, como sus novelas, es casi una fantasía en la actualidad.