La aerografía es una técnica de pintura conocida por los efectos de impresión que produce. Es parecida a la pintura en espray que se utiliza para hacer los grafitis, si bien esta propulsa las gotas de pintura mediante aerosoles, mientras que el aerógrafo lo hace usando aire comprimido.
Para emplear la aerografía es necesario haber recibido una cierta preparación. Necesitas tener técnica y habilidad. Con la aerografía puedes pintar desde grandes superficies, en un tiempo más corto que con otras técnicas y resaltar determinados detalles. Para crear esos efectos visuales, donde la pintura queda difuminada en unas áreas y concentrada en otras, es necesario tener destreza. Algo que se va adquiriendo con la práctica.
La herramienta fundamental de la aerografía es el aerógrafo. Lo que algunos llaman pistola de pintura. Este artilugio consta de varias partes. Tenemos un recipiente en la parte de arriba, levemente inclinado, donde se coloca la pintura. Después, en un tubo metálico, la pintura se mezcla con el aire. En la parte de abajo dispone de una toma de aire donde se enchufa la manguera del compresor, un gatillo, que va soltando el aire a presión, y una boquilla, que en algunos modelos va enroscada y que es lo que marca la finura del trazo. Por otro lado, la pintura utilizada no es una pintura corriente. Se requiere que tenga menos viscosidad que la que utilizamos con brocha o pincel, para que no quede atascada en la punta de la boquilla.
Daniel, de Alcorcón (Madrid), gran aficionado a la aerografía, nos cuenta que para usar esta técnica necesitas adquirir los materiales y utensilios en tiendas especializadas. “Si conoces un poco de aerografía” – nos dice – “por internet puedes encontrar materiales buenos y a buen precio”. Él, por ejemplo, alguna vez que otra, ha comprado pinturas para su aerógrafo en Artespray, una tienda online de materiales para manualidades y bellas artes. De todos modos, si eres novato, procura asesorarte antes de comprar los materiales.
Nos introducimos un poco más en esta apasionante técnica.
El origen de la aerografía.
Se dice que el hombre, desde la prehistoria, ha utilizado tubos huecos con cañas de bambú o huesos de animales para propulsar pigmentos de pintura con el aire que expulsaba por la boca. Se piensa, incluso, que algunas pinturas rupestres fueron pintadas con estas técnicas. Si bien, la aerografía moderna no aparece hasta el siglo XIX.
Con el desarrollo industrial es necesario encontrar sistemas para pintar los productos que salen de las fábricas en poco tiempo. Para hacernos una idea, los primeros vehículos a motor se pintaban a mano, lo que implicaba más tiempo invertido en el acabado y, por tanto, un mayor precio. Se intentó buscar métodos para atomizar la tinta en pequeñas gotas, haciéndola pasar por un hueco pequeño, pero la mayor parte de los intentos fueron un fracaso.
Según la web de curiosidades Definición.de, es el joyero norteamericano Abner Peeler, quien en 1871 inventa el primer prototipo funcional. Para fabricar su aerógrafo, combina una cucharilla de café, con una aguja de coser, un destornillador modificado, tubería para soldar y un trozo de metal, todo esto accionado con un compresor de aire manual, parecido a un fuelle.
El primer aerógrafo no era fácil de utilizar; sin embargo, resultaba útil para retocar objetos o para devolver la pintura a la parte de los artículos, de uso cotidiano, que las habían perdido por desgaste. En 1881, Peeler patenta su invento. Ese mismo año, la empresa industrial Charles & Liberty Walkup le compra los derechos. Empiezan a fabricarlo en serie y a comercializarlo para el gran público. El aerógrafo se hizo popular en EEUU, Inglaterra y el centro de Europa. Si bien se veía como una curiosidad y un adelanto tecnológico. En un primer momento, se utilizó para uso doméstico. Hay que esperar unos años más para que la aerografía se incorpore a la industria.
El bodypaint.
La pintura sobre el cuerpo humano es una de las aplicaciones más vistosas de la aerografía. Usar la piel, como lienzo, no es nada nuevo. El hombre lo ha practicado desde tiempos inmemoriales, ligado en muchas ocasiones a ritos religiosos, culturales y espirituales. Era una forma de entrar en contacto con espíritus superiores.
En la actualidad se utiliza con fines artísticos. El empleo del aerógrafo para pintar el cuerpo desnudo se debe a que esta técnica se adapta con facilidad a todo tipo de relieves y pliegues. Obteniendo de esta forma, vistosas imágenes en 3D.
Para introducirnos en esta disciplina, la página web de formación euroinnova.edu nos proporciona algunos valiosos consejos. Estos son algunos de ellos:
- Inspírate en otros trabajos de Body Paint. Puedes encontrar una gran cantidad de fotografías de este arte navegando por internet. Observa qué tipo de diseños se plasman, qué técnicas han utilizado los pintores y desde ahí, plantéate tus trabajos.
- Conoce a tus modelos. Investiga sus gustos, sus preferencias. Estudia con detenimiento su cuerpo, con un interés artístico. Piensa que tu diseño se va a plasmar en él, y que no se trata de un soporte uniforme, como puede ser un lienzo. Se ha puesto de moda, últimamente, el body paint sobre embarazadas, si bien, esta modalidad de pintura se puede aplicar sobre cualquier cuerpo.
- Trabaja sobre piel limpia y sin heridas. Es importante limpiar la piel bien antes de pintar sobre ella. El sudor y la suciedad hacen que la pintura no prenda bien sobre la piel. También debemos ser cuidadosos a la hora de retirar la pintura. El boy paint, a diferencia del tatuaje, no es para siempre. Tiene una duración limitada. Para retirar el dibujo se deberán usar cremas desmaquilladoras que disuelvan bien la pintura y no dañen la piel del modelo.
- Usa pintura de calidad. Es necesario conocer antes las características de la piel del modelo y buscar una pintura que no le cause daño. Por ejemplo, es frecuente usar el látex en esta modalidad artística; sin embargo, algunas personas son alérgicas a este material. Debemos informarnos previamente de las características de la pintura y de las posibles alergias que pueda tener el modelo.
- Graba todo el proceso en vídeo. Grabar en un vídeo todo el proceso de pintura es un valioso documento sobre la creación artística, pero además, te permitirá analizar tu trabajo, detectar aciertos y errores, e ir depurando tu técnica.
Maquetas y figuras.
La construcción de maquetas y la colección de figuritas es un hobby que cuenta con adeptos en todo el mundo. Es una afición coleccionable, a la que sus practicantes invierten tiempo y dinero. Tanto unas como otras, requieren pintarlas una vez se han terminado. Para esta actividad, los aficionados han encontrado en la aerografía una de sus técnicas preferidas. Su objetivo es conseguir miniaturas, lo más fiel a la realidad que les sea posible. Con el aerógrafo logran resultados impresionantes.
Estos aerógrafos cuentan con boquillas de diferente calibre. Aunque parezca complicado, con ellas se pueden resaltar detalles con bastante precisión. Un ejemplo de ello son las figuras de Warhammer, que al poseer temática de fantasía, con el aerógrafo se obtiene un acabado de fábula.
Al igual que hemos visto con el body paint, la aerografía es una técnica idónea para el modelismo, ya que se adapta con facilidad a las superficies irregulares. Algunos coleccionistas se inclinan por ella, pues ven que es un método más limpio que el empleo de pinceles, y con él pueden cubrir los recovecos de las piezas.
Uso industrial.
No podemos llegar a imaginarnos la implantación que tiene la aerografía en la industria actual. Una gran parte de los productos que usamos están pintados con esta técnica. El ejemplo más recurrente es la industria de la automoción. El chasis de los automóviles está pintado mediante aerografía. Este mismo sistema se utiliza en los talleres de chapa y pintura, para cubrir arañazos y restaurar desperfectos.
En la pintura de casas, tanto de interiores como de exteriores, pintar con pistola se ha convertido en el método preferido por la mayoría de los profesionales. Sus aerógrafos industriales les permiten cubrir grandes superficies con menos esfuerzo y en menos tiempo. La aerografía se emplea con frecuencia en el lacado de puertas y muebles.
La aerografía está bastante ligada al diseño. Lo podemos ver en la impresión de camisetas. De esta manera se obtienen decoraciones llenas de matices y con un gran impacto visual. Es el método utilizado por muchos diseñadores artesanos para plasmar sus creaciones en un producto como la ropa, creando un artículo personalizado y exclusivo.
Otro tipo de productos en los que se ha arraigado esta técnica es en la decoración de cascos para motocicleta. De esta forma se obtienen artículos con un acabado de gran calidad, en los que además de ser un dispositivo de seguridad, adquiere un carácter artístico. La aerografía se emplea para personalizar una gran cantidad de productos, desde guitarras eléctricas hasta para pintar uñas, tanto postizas como naturales, tras un tratamiento previo.
Lógicamente, para cada aplicación de la aerografía se requiere una pintura y unas herramientas especializadas, adaptadas a su uso.