La moda infantil tiene una particularidad que no tiene ningún otro tipo de moda: el escaso periodo de tiempo en el que sus prendas se adecúan a la talla del muchacho o de la muchacha. Los niños crecen muy rápido y su cuerpo puede variar una auténtica barbaridad en apenas unos cuantos meses. Seguro que en este momento a todos vosotros se os ocurre algún ejemplo que conocéis.
¿Qué es lo más conveniente entonces para este tipo de ropa? En primer lugar, que no sea demasiado cara. Normalmente uno no está dispuesto a pagar un buen montante de dinero por una prenda que a pesar de ser nueva no le vendrá a la criatura a corto o medio plazo. No obstante, en segundo lugar es fundamental que este tipo de ropa sea lo suficientemente cómoda para que el pequeño o la pequeña se sienta bien. Y es que el hecho de que una prenda vaya a ser utilizada solo a corto plazo no da derecho a los fabricantes a crear cualquier prenda.
Desde que mi mujer y yo tuvimos una hija en el año 2010 hemos estado muy preocupados por vestirla de la mejor manera y sin resquebrajar nuestra economía. Queríamos obtener productos de una amplia variedad y que no nos resultaran demasiado caros, pero una posibilidad como esta parecía ser muy complicada durante los primeros años de vida de la pequeña.
Comprábamos prendas que no eran precisamente baratas y que además nos iban a servir solo para unos cuantos meses. Llegamos a la conclusión de que esta situación no podía extenderse mucho más en el tiempo y por eso comenzamos a buscar nuevas empresas que no dejaran de ofrecernos calidad y que al mismo tiempo tuvieran una serie de precios mucho más moderados y acordes a lo que de verdad nos podíamos gastar.
Después de unos cuantos días acudiendo a Internet para ser conscientes de las posibilidades que teníamos, descubrimos que existía una empresa que realmente podía ajustarse a nuestras pretensiones. Se hacía llamar Grupo Reprepol, estaba especializada únicamente en temas relacionados con la ropa infantil y, por lo que habíamos escuchado, sus precios no eran demasiado altos. ¿Sería la alternativa ideal para paliar nuestro problema?
Desde luego que lo era. Una variedad enorme de ropa y unos precios muy competitivos así lo atestiguaban. No podíamos desperdiciar una oportunidad como aquella y por eso obtuvimos la localización de sus tiendas de cara a realizar alguna visita a la que nos quedara más cerca. De este modo podríamos ver en primera persona la calidad de las prendas y podríamos probárselas in situ a nuestra hija.
Precio y calidad de auténtica categoría
Visitamos una de las tiendas de Grupo Reprepol y rápidamente comprendimos la gran cantidad de ventajas que tenía una entidad así. El precio lo condicionaba todo porque, adquiriendo prendas de niño a tan bajo precio, era menos doloroso que unos meses después las mismas prendas no le valieran a nuestra hija. Aunque el precio estaba genial, la calidad no se descuidaba lo más mínimo y las prendas estaban compuestas de una tela decente y resistente.
Dar con Grupo Reprepol había sido un acierto en absolutamente todos los sentidos. La variedad de sus productos era otro de ellos. Para niñas había faldas, camisetas, pantalones cortos, pantalones largos… y un sinfín de productos más. Todo lo que necesitáramos se iba a encontrar allí. Estábamos completamente seguros.
Habrá un momento en el que nuestra hija dejará de ser una niña para pasar a convertirse en una auténtica mujer. De hecho, no queda tanto. Será entonces cuando quizá decida decantarse por otro tipo de ropa, pero mientras tanto se siente a gusto y le gusta la ropa con la que le vestimos. Para nosotros, eso es lo más importante.