Apnea del sueño, algo que sigue afectando a muchas personas

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La apnea del sueño es un problema mucho más común de lo que la gente piensa. Es una condición que puede afectar de forma seria a la salud, la energía diaria e incluso al estado de ánimo de las personas. Y lo peor es que muchas veces pasa desapercibida.

Cada vez se detectan más casos, porque la gente empieza a prestar atención a señales que antes se ignoraban. El problema es que todavía hay muchas personas que conviven con la apnea del sueño sin saberlo, y eso puede arrastrar consecuencias a largo plazo.

 

Qué es la apnea del sueño

La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se interrumpe de forma repetida mientras una persona duerme. Esas pausas pueden durar unos segundos o incluso más de medio minuto, y lo preocupante es que se repiten muchas veces durante la noche.

Cada vez que ocurre una apnea, el cuerpo reacciona porque siente que le falta aire. Eso provoca que el sueño se interrumpa sin que la persona sea plenamente consciente. Al final, aunque alguien haya dormido “ocho horas”, la calidad de ese sueño es muy baja, y al día siguiente aparece el cansancio, la falta de concentración y hasta dolores de cabeza.

 

Tipos de apnea del sueño

Aunque mucha gente habla de ella como si fuera solo una, lo cierto es que hay varios tipos:

  • Apnea obstructiva del sueño: Es la más común. Se produce cuando los músculos de la garganta se relajan demasiado y bloquean el paso del aire.
  • Apnea central del sueño: Es menos habitual. El problema está en que el cerebro no manda las señales correctas a los músculos que controlan la respiración.
  • Apnea mixta: Una combinación de las dos anteriores.

En la mayoría de los casos, lo que la gente tiene es apnea obstructiva, y es la que suele relacionarse con ronquidos fuertes.

 

Consecuencias de la apnea del sueño

El impacto no es solo dormir mal. Afecta en muchos niveles:

  • Cansancio constante: Aunque la persona piense que ha dormido lo suficiente, el sueño no ha sido reparador.
  • Somnolencia diurna: Aparece la sensación de querer dormirse en cualquier momento, incluso en situaciones peligrosas como al volante.
  • Cambios de humor: Irritabilidad, nervios o tristeza más frecuentes.
  • Problemas de memoria y concentración: El cerebro no descansa bien y rinde peor.
  • Riesgos de salud más serios: Está relacionada con demencia, hipertensión, problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares e incluso diabetes tipo 2.

La apnea del sueño no es solo un problema de descanso; puede acabar influyendo en la salud general de forma bastante seria.

 

No todo el mundo tiene la misma probabilidad de sufrir apnea del sueño

Hay factores que aumentan la probabilidad, entre ellos:

  • Tener sobrepeso.
  • Edad (es más común a partir de los 40, aunque también se da en jóvenes).
  • Ser hombre (aunque las mujeres también la padecen, sobre todo después de la menopausia).
  • Consumo de alcohol o tabaco.
  • Anatomía: un cuello ancho, amígdalas grandes o mandíbula pequeña pueden aumentar el riesgo.
  • Antecedentes familiares.

 

Cómo detectarlo

Uno de los mayores problemas de la apnea del sueño es que la persona que la sufre muchas veces no se da cuenta. Al estar dormida, no es consciente de que deja de respirar. Por eso, quienes suelen darse cuenta primero son las parejas, los familiares o incluso amigos si comparten habitación.

  1. Ronquidos muy fuertes: No se trata de ronquidos suaves de vez en cuando, sino de ruidos que llaman la atención, constantes y molestos.
  2. Pausas en la respiración: Si alguien observa que la persona se queda sin respirar por segundos, es una señal clara.
  3. Despertares con sensación de ahogo: Hay personas que se despiertan sobresaltadas porque sienten que se quedan sin aire.
  4. Sueño poco reparador: Dormir ocho horas y levantarse cansado no es normal.
  5. Somnolencia durante el día: Quedarse dormido viendo la tele, leyendo o incluso trabajando.
  6. Dolores de cabeza matutinos.
  7. Problemas de concentración o memoria.
  8. Boca seca o dolor de garganta al despertar.

La única manera de confirmarlo al 100% es mediante un estudio del sueño, que se puede realizar en hospitales o clínicas especializadas. Estos estudios registran cómo respira la persona durante la noche, el nivel de oxígeno en sangre y otros datos importantes.

Desde Clínica Dental Clara Santos, clínica dental que cuenta con profesionales acreditados como expertos en medicina dental del sueño por la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, nos han dado un consejo sencillo: “Si alguien sospecha que puede tener apnea del sueño, lo mejor es no dejarlo pasar y consultar cuanto antes. Cuanto antes se estudie, más fácil será encontrar una solución eficaz”.

 

Historias que se repiten

Muchos piensan que lo suyo es solo “cansancio acumulado” o “estrés”. Se acostumbran a vivir agotados sin saber que detrás hay un problema real.

Por ejemplo, hay personas que llevan años sin poder ver una película entera sin dormirse, o que en el trabajo notan que no rinden como antes. Incluso hay quienes han tenido sustos conduciendo porque el sueño les vence.

Y todo eso, muchas veces, tiene un mismo origen: la apnea del sueño.

 

Soluciones y tratamientos

La buena noticia es que hoy existen diferentes formas de tratar la apnea del sueño. No hay un único método, porque depende de cada caso, pero algunos de los más habituales son:

  • Cambios en el estilo de vida: Perder peso, dejar de fumar, reducir el alcohol o dormir de lado puede ayudar en casos leves.
  • CPAP (presión positiva continua en la vía aérea): Es una máquina que mantiene la vía respiratoria abierta con aire a presión. Es muy efectiva, aunque no todos la toleran bien.
  • Dispositivos intraorales: Férulas hechas a medida que adelantan la mandíbula y facilitan que pase el aire. Son cómodas para muchos pacientes y muy útiles en apnea leve o moderada.
  • Cirugías: En algunos casos se valora una operación para eliminar tejido que bloquea el paso del aire.

En cualquier caso, es un problema que se debe tratar con un profesional. Lo importante es que ya no se trata de algo sin solución.

 

Tecnología que ayuda

Hoy existen dispositivos que permiten hacer estudios del sueño sin necesidad de pasar la noche en un hospital, con aparatos más pequeños y cómodos.

Además, los programas de análisis que procesan esos datos facilitan el trabajo de los médicos y permiten ver con claridad la gravedad del caso. Gracias a esto, se pueden personalizar mejor los tratamientos y dar soluciones más adaptadas a cada persona.

Uno de los sistemas más comentados en los últimos años es el que combina diagnóstico con tratamiento mediante férulas personalizadas. Estas férulas actúan adelantando la mandíbula para evitar el colapso de las vías respiratorias, y se están usando con bastante éxito en casos de apnea leve y moderada.

 

Una vez diagnosticada, la vida cambia

Al principio puede dar pereza usar un dispositivo cada noche o llevar una férula, pero el resultado se nota.

Dormir de verdad, sin interrupciones, hace que la energía vuelva, que el humor mejore y que hasta la salud general dé un giro positivo. Muchos pacientes cuentan que, después de empezar un tratamiento, se sorprenden de lo bien que pueden llegar a sentirse al día siguiente.

Y esa es la mayor motivación para no dejar el tema de lado.

 

Qué hacer si sospechas que la tienes

Si alguien se identifica con los síntomas, el mejor paso es hablarlo con un médico o un dentista especializado. No hace falta autodiagnosticarse ni buscar remedios milagro en internet. La apnea del sueño es un problema serio, pero con ayuda profesional se puede manejar.

  1. Observar y anotar síntomas: Tener en cuenta si hay ronquidos, pausas al respirar, cansancio extremo o somnolencia diurna.
  2. Hablar con la pareja o familiares: A veces son ellos quienes notan más los síntomas.
  3. Pedir un estudio del sueño: Es la prueba definitiva para confirmar el diagnóstico.
  4. Valorar opciones de tratamiento con el especialista.

 

Un problema que se puede controlar

La apnea del sueño afecta a millones de personas en todo el mundo. Puede sonar como un trastorno complicado, pero la realidad es que, una vez diagnosticada, existen herramientas muy eficaces para controlarla.

El cambio que supone dormir bien es enorme: mejora la concentración, el estado de ánimo, la energía y reduce riesgos de salud a largo plazo. Lo que antes parecía “simple cansancio” puede convertirse en un recuerdo del pasado.

 

La apnea del sueño no debería verse como un tema menor

Es mucho más que roncar fuerte y mucho más que despertarse cansado. Afecta a la salud física y mental, y puede poner en riesgo la calidad de vida.

Lo importante es saber que no es algo con lo que haya que resignarse. Hoy existen formas de detectarla de manera sencilla y tratamientos que se adaptan a cada persona. Lo difícil no es tratarla, sino reconocer que está ahí.

Prestar atención a las señales, consultar a un profesional y seguir el tratamiento recomendado puede marcar una gran diferencia. Dormir bien no es un lujo, es una necesidad básica.

Y la apnea del sueño, por muy común que sea, tiene solución.

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