La llegada del coronavirus nos va a afectar en una medida bastante más grande de lo que nunca nos habíamos imaginado. Y hay que estar preparados para ello, porque no solo se trata de un asunto que tenga que ver con víctimas mortales y contagiados (que, evidentemente, son las cuestiones más importantes y las que hay que evitar en primera instancia) sino que va a provocar la llegada de un escenario que no es nada halagüeño y contra el que tendremos que combatir con todas las herramientas que estén a nuestro alcance: la crisis económica más grande de lo que va de siglo.
A nadie le cabe la menor duda de que algunos de los sectores clave de nuestra economía, como puede ser el caso del turismo, van a sufrir las consecuencias del varapalo que ha provocado el COVID-19. Y es imprescindible que, de cara a los próximos meses, tratemos de fomentar el turismo nacional para revitalizar a todas esas empresas que se van a ver realmente afectadas por la situación que nos toca vivir y que necesitan un impulso que todos nosotros le podemos dar con que hagamos un pequeño esfuerzo.
Una noticia que fue publicada en la página web del diario ABC hace apenas unas semanas informaba de que el Gobierno de nuestro país estaba preparando un escenario en el cual se presentaba un verano sin turismo desde el exterior a causa de la llegada del COVID-19. La verdad es que eso supone un fuerte golpe a nuestra economía, un golpe del que nos tenemos que recuperar en cuanto podamos volver a la normalidad. ¿Y cómo podemos hacerlo? Es mucho más sencillo de lo que nos imaginamos: solo tenemos que apoyar a la industria turística nacional.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya le pidió al Gobierno que ejecutara un plan de acción para desarrollar una campaña de turismo nacional de cara a este verano según informaba una noticia que fue publicada en el portal web del diario La Vanguardia. Y es que es precisamente eso lo que se necesita ahora mismo, incentivar a las empresas turísticas nacionales para evitar que pierdan un enorme porcentaje de sus beneficios. Probablemente los resultados no vayan a ser los mismos que si no hubiera existido la pandemia, pero desde luego minimizaremos el impacto que pueda generar en nuestras empresas. Y eso es vital para volver a empezar con mejores síntomas.
Las empresas turísticas que operan en nuestro país no son únicamente los hoteles. Son muchas las entidades que viven del turismo al margen de ellas. Hablamos, por ejemplo, de bares, restaurantes, negocios de souvenirs… o de entidades ligadas al alquiler de autocaravanas. Los profesionales de Car Rent Milladoiro, especialistas en lo que respecta precisamente a ese asunto, nos han comentado que temen que su negocio se vea fuertemente afectado por la situación actual y que el impulso que los españoles le pueden dar a los negocios turísticos locales es más vital que nunca.
Una necesidad que no es solo extrapolable al turismo
La verdad es que buena parte de los negocios que se encuentran en nuestro país tienen una problemática parecida a la que tienen los negocios turísticos en los momentos en los que nos encontramos. Y es que tenemos que recordar que la inmensa mayoría de los comercios españoles son pequeñas y medianas empresas a las que una situación como la que se ha presentado en nuestra sociedad les viene demasiado grande. Por eso, es a todas esas empresas a las que hay que ayudar con toda la vehemencia que nos sea posible reunir.
Sí que es cierto que en la primera parte de este artículo hemos querido hacer referencia al turismo porque es el sector del que depende, en mayor medida, nuestra economía. En 2008, cuando la economía española se sustentaba sobre los cimientos de la construcción y este negocio cayó, vimos como todos los sectores y comercios ligados a ese empezaron a desplomarse uno a uno. Ahora que podríamos enfrentarnos a algo parecido, no cabe la menor duda de que hay que proteger a todos los sectores sí, pero hay que tener una especial delicadeza con el turismo.
Es evidente que nos enfrentamos a una situación social, económica y quizá política más grande desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La verdad es que, solo con escuchar este dato, nos entran todos los miedos de los que podamos hacer acopio. Pero tenemos que ser fuertes, resistir (como apunta la canción de moda) y, ante todo, apoyar a los comercios más vulnerables ahora que muchos de ellos, por desgracia, van a pender de un hilo. Es la única forma de que nuestra economía salga bien parada de este reto al que nos enfrentamos en la actualidad.