Tras un accidente de tráfico, ¡reclama lo que realmente te corresponde!

Hace unos meses, mientras estaba en mi coche, parado en un semáforo esperando a que se pusiera verde, sufrí un accidente de tráfico. Yo no fui el causante de ello sino un automovilista imprudente que llegaba a toda velocidad y que no consiguió frenar y parar a tiempo. Con lo cual, me dio por detrás y al igual que el muñeco de mi infancia Oui Oui, mi cabeza chocó contra la ventanilla no sé cuántas veces seguidas y cuando cesó sentí un dolor tremendo en el cuello y en la nuca. ¿Resultado de este choque?: ¡un latigazo cervical o esguince cervical!  ¡Cómo queráis llamarlo! Unos testigos del accidente llamaron a la policía y a una ambulancia y así empezó mi nueva andadura de un sitio a otro sin obtener reparación por los daños físicos causados en mi persona hasta que acudí al despacho de abogados Durán & Durán, donde un abogado experto en indemnizaciones por accidentes de tráfico se ocupó de mi caso y consiguió que se me indemnizara como era debido. Pues, hay que saber que estuve varios más de un mes de baja con dolores cervicales insoportables que me impedían realizar cualquier tarea.

Las lesiones llevan un baremos de puntos

En la mayoría de los casos, al igual que me pasó a mí, las lesiones de latigazo cervical suelen ser el resultado de un choque brutal debido a un accidente de tráfico. Aunque, a veces también pueden ser consecuencia de una lesión deportiva, de un accidente de buceo o de un deporte de contacto, etc. Eso significa, en el caso de ocurrir tras un accidente de tráfico, que el conductor y sus acompañantes, si éste no iba solo, tras recibir un golpe en el coche, puede(en) sufrir una compresión por el lado que ocasiona no obstante un estiramiento por el lado opuesto, volviendo después del golpe su o sus cuerpo(s) a su(s) posición(posiciones) inicial(es). A pesar de lo que cree mucha gente, no se trata de una patología sino de una especia de mecanismo, el cual al producirse este tipo de accidente hace que el cuello luego tienda a lesionarse casi de manera automática. Con ello, al ser un esguince, ello provoca obligatoriamente rigidez y dolor al girar la cabeza. Vaya, que se trata de una lesión muy dolorosa e invalidante que te limita la movilidad. A mí, me ocasionó incluso vértigo. El tratamiento común es el uso de un collarín durante una semana aproximadamente. Sin embargo, el hecho es que a menudo después de un latigazo cervical, uno no puede volver a su rutina diaria, en la que se incluye, por supuesto, el trabajo. Por lo cual, una baja médica es prescrita casi siempre.

Debido a todas estas incidencias y molestias, el Ministerio de Economía estableció un baremo (éste se publica cada año) compuesto de cuatro tablas en las que quedan recogidos los posibles factores a tener en cuenta cuando una persona ha sufrido daños en un accidente. Por otra parte, debéis saber que desde el 1 de enero de 2016, las indemnizaciones por accidentes de tráfico han aumentado de aproximadamente un 8%. Por este motivo se cree que habrá probablemente un aumento de las primas en los seguros y que se restringirán los pagos por las lesiones más comunes. Por ello, si os veis involucrados en este tipo de accidentes, no dudéis en acudir a un auténtico especialista en la materia para que éste pueda analizar si el diagnóstico de la lesión es el correcto o no y si la cuantía económica de indemnización adjudica es la que corresponde. En caso de no serlo, tal y como me sucedió a mí y tal y como actuó el abogado experto del bufete Durán & Durán Abogados que seguía mi caso, se puede poner una reclamación de accidente de tráfico para que sea reconocida la gravedad de las lesiones. Con ello, debéis tomar en cuenta que en la actualidad también se suelen considerar las situaciones de las distintas estructuras familiares a la que pertenece la víctima y no sólo a la persona lesionada como se solía hacer antes. Esta normativa ofrece así la posibilidad de poder resolver de la forma más beneficiosa para el afectado por accidente de tráfico su situación. ¡Estáis informados! Si os pasa: ¡acudid obligatoriamente a un verdadero profesional!

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