Abogados de Oficio vs Abogados Privados

En España contamos con casi 43.000 abogados y abogadas que prestan el servicio de Justicia Gratuita, los conocidos abogados de oficio, y como bien dice el refranero “hay de todo, como con botica”, pero tienen fama de holgazanes y de poco responsables, por no hablar del compromiso que adquieren con sus clientes.

Si investigamos un poco por Internet podemos encontrar artículos a favor y en contra de este sector profesional pero no entiendo muy bien por qué se empeñan en meter a todo el mundo en un mismo saco cuando es bien sabido que da igual tu profesión o de dónde provengas porque cada uno es de una manera diferente y hará mejor o peor su trabajo independientemente de lo que hagan los demás. Así que mientras que encontramos noticias sobre “el enchufismo” que han tenido algunos abogados de oficio que defraudaron en el turno de oficio y se van de rositas sin pena de cárcel, vemos también artículos ultra defensores que hablan de la dignidad, el respeto y la defensa de los abogados de oficio.

Yo nunca he tenido que recurrir a ellos por dos motivos. El primero es porque sólo en una ocasión necesité los servicios de un abogado y recurrí a TFS Abogados y Asesores, era un caso laboral y ellos son especialistas y ofrecen servicios muy asequibles. Y el segundo motivo es porque, simplemente, no los he vuelto a necesitar, gracias a Dios.

Hay catedráticos, como Ignacio Villaverde, que afirmo en los medios de comunicación que los jueces actúan conforme a la ley y eso mitiga la diferencia social porque, según él, no es lo mismo ser atendido por un abogado de oficio que por uno que cobra 500 euros a la hora. Y sigue: “Un imputado con mucho dinero para pagar a un buen abogado puede salir mejor parado del proceso que otro que no cuenta con medios. Muchas de las cuestiones que se dirimen en un juicio son aspectos procesales que pueden no afectar al fondo del asunto, pero donde constar un buen letrado es importante. Aunque en la teoría existe la igualdad formal, en la práctica se dan situaciones desiguales derivadas de los recursos con los que cuentan las personas”.

Según este mismo catedrático es demagógico decir que la ley es igual para todos y yo, aunque a veces pienso que tiene razón (veamos casos como el de la Infanta Cristina u otros famosos casos de políticos de nuestro país), quiero pensar que no es verdad lo que dice porque la ley nos va tratar por igual, seas hijo de electricista o de multimillonario. No sé, tal vez yo sea demasiado inocente o crea demasiado en un ideal inexistente en estos tiempos que corren.

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