Buscar empleo es una tarea que no puede abordarse de golpe. Como cuando construimos un edificio, hay que empezar por unos cimientos que soporten la estructura, de lo contrario nuestra casa podría desmoronarse en cualquier momento. ¿Y cuáles son los cimientos en la búsqueda de empleo? Pues, sin duda, nuestras competencias, es decir, las capacidades, los conocimientos, las habilidades y los valores con los que contamos las personas y que aplicamos a nuestra vida personal y profesional. Pero no todos somos capaces de identificar estas características en nosotros. No es sencillo analizarse a uno mismo e identificar las propias cualidades. Una buena opción para identificar nuestras habilidades es acudir al gabinete de psicología pSi, en Barcelona, donde un equipo de psicólogos especialistas en terapia Gestalt pueden ayudarnos a que nos conozcamos mejor para reforzar nuestra autoestima a la hora de ponernos a buscar un empleo.
En pSi atienden bajo las directrices de esta terapia tanto problemas de índole individual, como de pareja, o psicología infantil, pero también pueden ayudarte en el autoconocimiento personal, para lograr una orientación en la vida, superar situaciones difíciles y gestionar tus emociones, para aprender de ellas. Para mejorar tu bienestar, autoestima y equilibrio psicológico, lo que te reforzará de cara a una entrevista de trabajo. Y todo con unos excelentes resultados entre sus pacientes y con un grupo de profesionales que está dirigido por la psicóloga M.ª Laura Fernández, especializados en terapia Gestalt, con una amplia experiencia en la formación, tratamiento y acompañamiento a personas, para ayudar a los pacientes en los distintos aspectos de su vida: situaciones personales y cuestiones del propio carácter, problemas de pareja u otras relaciones, asuntos referentes al ámbito profesional.
Cuando acudimos a una entrevista de trabajo es muy común que nos pregunten por nuestras competencias, bien refiriéndose a nuestros puntos fuertes, a nuestras cualidades o al valor añadido que podemos aportar a la compañía. Y aquí vamos a definir algunos que son clave y que quizás los identifiquemos en nuestra persona para darlos a conocer al entrevistador.
- Capacidad de análisis. Se da en las personas acostumbradas a explorar su entorno y también ayuda a conocer bien la empresa, adaptándose a sus necesidades o demandas.
- Espíritu reflexivo. Suelen tener esta capacidad las personas a las que les gusta reflexionarse y encontrarse con ellas mismas. Aplicado al trabajo, ayudará a que estas personas no se precipiten en sus decisiones, sino que analizarán y valorarán todos los asuntos con detenimiento para después tomar la mejor decisión.
- Flexibilidad y adaptabilidad. Se trata de una característica para quienes no se alteran con los cambios ni vaivenes de la vida. Lo que ayuda a acomodarse a todos los procedimientos y a las distintas situaciones o necesidades.
- Gestión de conflictos. Es la otra cara de la moneda. Se trata de la habilidad para afrontar situaciones de conflicto con iniciativa.
- En una empresa, una persona inquieta será aquella capaz de afrontar nuevos retos y siempre disfrutando de esa experiencia.
- En todo empleo existen conflictos y riesgos que hemos de saber resolver. Es posible que nuestro carácter nos ayuda a actuar con cautela para evitar perjuicios innecesarios.
- Es el respeto hacia lo que tenemos a nuestro alrededor. Aplicado a la empresa, esa persona será tolerante y abierta de mente con sus compañeros, aceptando y valorando la diversidad de los demás con los que trabaja.
- Compañerismo. Quienes poseen esta característica valorarán mucho la colaboración y la solidaridad con los iguales y estarán fácilmente disponibles cuando les necesiten.
- Empatía. Se trata de la capacidad para ponernos en el lugar del otro, cualidad que en la empresa nos permitirá entender mejor a nuestros compañeros y superiores.
- Fidelidad al proyecto. Una vez que te vincules con el proyecto, te resultará más fácil identificarte con él y defenderlo con firmeza, cumpliendo los objetivos que te han marcado.
- Sentido de la responsabilidad. Se trata de una cualidad que suele encontrarse por ejemplo en aquellas personas que tienen animales que exigen cuidados y cumplir con una serie de obligaciones: sacarles a pasear, vacunarles, estar pendientes de su alimentación… En la empresa, este sentido de responsabilidad se traducirá en un espíritu siempre cumplidor: te tomarás en serio tu trabajo y siempre darás respuesta a lo que se te demanda.
- Vocación de servicio. Muy relacionado con lo anterior, tendrás tendencia a estar siempre dispuesto para los demás, lo que te agradecerán todos los públicos: clientes, proveedores, compañeros, superiores, etc.
- Los aficionados a las manualidades son personas que sienten un impulso de crear constantemente, poniendo su personalidad y sello en todo lo que hacen. En la empresa, no te conformarás con realizar tus funciones, sino que siempre buscarás un valor añadido.
- Concentración. Se trata de ser capaces de poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo, sabiendo focalizar la energía en nuestras funciones, sin distraernos y optimizando nuestro rendimiento.
- Consiste en concebirlo todo con base en una necesidad real. Aplicado a la empresa, serás una persona funcional que no perderá el tiempo: buscarás procedimientos y métodos que faciliten tu trabajo, incrementando tu productividad y siendo siempre operativo.
Un ejemplo de cualidades según una afición
Casi todas las cualidades o nuestros puntos fuertes están relacionados con nuestras aficiones. Y para que lo veáis claro vamos a poner un ejemplo relacionado con el baile. Recibir clases de baile se ha convertido en una de las principales aficiones del siglo XXI: no solamente nos permite hacer deporte sino que entrena muchas habilidades que nos pueden servir en otros ámbitos de la vida. ¿Por qué no en la búsqueda de empleo también? Si te gusta bailar, tal vez te veas reflejado en estas competencias:
- Afán de superación. Los bailarines nunca se quedan estancos, sino que buscar superarse diariamente. Aplicado al trabajo, no te conformarás con lo mismo, siempre buscarás mejorar.
- Muy alineado con lo anterior, el baile requiere de perseverancia y numerosos ensayos hasta que aprendemos una coreografía o paso, cualidad muy valorada en las empresas.
- El baile exige disciplina, es decir, cumplir con una preparación muy exigente en horarios determinados. En la empresa, sabrás adaptarse a las normas, cuando siempre los plazos establecidos.
- Aprender coreografías requiere mucha dedicación. Si estás acostumbrado a ensayar pasos de baile, seguramente habrás entrenado estas competencias y conocer el valor del esfuerzo. Un esfuerzo que te permitirá dar lo mejor de ti en tu puesto de trabajo.
- Los bailarines acaban desarrollando una técnica (método) en su ejecución que les facilita aspirar a la excelencia. Aplicado a la empresa, serás un trabajador metódico y estructurado: realizarás tus funciones con puntualidad sin que se te escapen todos los detalles.
- El baile es coordinación y siempre busca la conexión directa con la música, por lo que todo detalle es importante. Eso hará que en la empresa seas exigente con tu trabajo y busques el mejorar.