La eficiencia energética y el medioambiente, un nicho rentable para las empresas.

¿Quién lo iba a decir? El ahorro energético y el cuidado del medioambiente se han convertido en un nicho rentable para las empresas. De él se están beneficiando grandes complejos energéticos e industriales y, lo más interesante, es un sector de desarrollo para muchas pequeñas y medianas empresas.

Hace 10 años, las compañías eléctricas presionaron al gobierno para imponer el Impuesto al Sol. Toda una aberración. Era como poner un impuesto al aire que respiramos. Se pretendía que toda aquella persona o empresa que tuviera un panel solar instalado en su tejado pagara un impuesto especial. Aquella presión frenó de golpe la instalación de paneles fotovoltaicos en los hogares. Una actividad, que meses antes estaba subvencionada por la Unión Europea.

Hoy, la instalación de paneles solares por parte de particulares se ha vuelto a poner de moda. Se encuentra subvencionada por el gobierno. A través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Mediante la gestión de los fondos europeos Next Generation. En esta ocasión, las compañías eléctricas alientan a los consumidores a instalar los paneles fotovoltaicos en sus hogares y compran la electricidad que el edificio no consume, incorporándola a la red. ¿Qué ha cambiado para que suceda esto?

Evidentemente, en la actualidad, existe una mayor conciencia ecológica en la sociedad, debido al avance del cambio climático, que, por supuesto, ha influido en el mundo de la empresa. Pero, sobre todo, Europa presenta una acuciante dependencia de los combustibles fósiles, de los cuales no dispone, y una dependencia energética del exterior.

Para producir electricidad, Europa necesita importar gas y petróleo. Debido a la guerra de Ucrania y los sucesivos bloqueos a Rusia, el precio del gas se ha puesto por las nubes. Algo que está haciendo que los países europeos se vayan endeudando cada vez más. Una situación que obliga a los gobiernos a buscar alternativas.

Esta nueva política energética beneficia a los bolsillos de los ciudadanos y está permitiendo que florezcan ciertas empresas. Veamos cómo se está dando.

Los paneles solares.

Alemania se ha convertido en el tercer país del mundo en producción de energía solar y el primero en autoconsumo. Es decir, en edificios que se autoabastecen con paneles fotovoltaicos. Hoy, el 52% de la energía consumida en el país centroeuropeo procede de energías renovables. Se espera que para el 2030 el porcentaje alcance el 80%.

Actualmente, encontramos edificios de oficinas situados en ciudades alemanas que son autosuficientes energéticamente. Toda la energía que consumen la producen ellos mediante paneles solares. Hasta tal punto ha llegado la fiebre del autoconsumo solar en el país germano, que hasta en las terrazas de los pisos hay familias que instalan paneles para abastecer el hogar.

Con este sistema, el año pasado, Alemania produjo más energía solar que España, Italia y Portugal juntos. Países que tienen casi el doble de horas de sol al año que el centro de Europa.

En nuestro país, la energía solar se produce principalmente por medio de parques solares. Instalaciones situadas en el campo que funcionan como centrales eléctricas. Aun así, se está promoviendo el autoconsumo, por medio de la colocación de paneles solares en el techo de las casas. Una solución que ha llamado la atención a mucha gente.

Mediante el autoconsumo solar, las familias sienten que están contribuyendo al cuidado del planeta. Por otro lado, los instaladores insisten que aunque esta medida sea costosa, se amortiza en poco tiempo. Llegando a representar, con los años, un ahorro de hasta un 70% en el recibo de la luz.

A día de hoy, el gobierno subvenciona en un 35% el coste de la instalación de placas solares en domicilios y edificios particulares.

Las ventanas de PVC.   

Una de las formas de mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo eléctrico de los hogares es reforzar el aislamiento del edificio o de la vivienda. De las medidas para conseguir esto, la que más popularidad ha logrado, ha sido la de sustituir las ventanas antiguas de la casa por unas nuevas de PVC. Una reforma que hasta finales del 2024 estaba subvencionada por los fondos Next Generation.

Con las ventanas de PVC no producimos electricidad, como sucede con las placas solares, pero sí gastamos mucha menos energía en aclimatar la casa. Tanto en invierno como en verano. Se calcula, que sustituyendo las ventanas antiguas por unas de PVC se llega a ahorrar hasta un 50% en la energía que utilizamos para hacer funcionar la calefacción y el aire acondicionado.

La razón está en que el PVC es uno de los materiales más aislantes que se utilizan en la construcción. Este derivado plástico crea una barrera que separa radicalmente la temperatura que hay dentro de la casa de la que se da en la calle. Impidiendo que se genere un equilibrio térmico, como sucede con el aluminio, o que aparezcan grietas por las que se escapa el calor, como pasa con las ventanas de madera con el tiempo.

Los instaladores de Crear Sur, una empresa de Granada especializada en aislamiento de viviendas y edificios, con más de 20 años de experiencia en el sector, nos cuentan que la clave de la eficiencia de estas ventanas se haya en instalarlas a medida. Ya no solo en cuanto al tamaño, sino también respecto al perfil y al acristalamiento.

Esta medida mejora la calidad de vida de los ocupantes de la casa, le reporta un ahorro en el recibo de la luz y beneficia al medioambiente, ya que se necesita producir menos electricidad para aclimatar los hogares y, por tanto, se reduce la huella de carbono.

La fabricación de coches eléctricos.

El uso de los coches eléctricos es una medida que está llamada a reducir la dependencia respecto a los combustibles fósiles.

Se ha difundido el clima de opinión de que los coches eléctricos es un producto que no tiene aceptación entre la población. Que es un invento baldío. Esto es falso. La web de RTVE se dedica a desmentir el bulo de que Mercedes ha decidido dejar de producir estos vehículos. En los últimos meses, ha circulado la noticia falsa de que la empresa alemana ha dejado de fabricar coches eléctricos porque no se venden y salen más costosos. En un comunicado emitido por la dirección de la multinacional alemana afirma que hasta bien entrada la década de 2030 van a seguir manteniendo sus dos líneas de producción. La de los coches eléctricos y la de los de combustible.

Es cierto que muchos conductores no sienten la misma sensación cuando conducen un coche de gasolina o diesel que cuando llevan en sus manos un coche eléctrico. Pero no es menos cierto que las compañías de autobuses urbanos están integrando los vehículos eléctricos en su flota de transporte. Un claro ejemplo de ello es la E.M.T. de Zaragoza. Que ya utiliza 112 autobuses eléctricos, el 40% de su flota.

Las empresas del sector del automóvil opinan que hace falta ahondar en el proceso de concienciación de los consumidores para que el cambio de un tipo de vehículo al otro se haga efectivo. En este camino, la producción de vehículos híbridos es una buena solución provisional.

La industria del reciclaje.

El reciclaje es otra de las medidas de cuidado del medioambiente que se ha arraigado en nuestra vida cotidiana. Además de verter menos basura a la naturaleza, con él se pone en marcha un sistema de economía circular en el que se malgastan menos recursos naturales para seguir produciendo artículos de consumo.

El periódico El País informa que en nuestro país se reciclan más de un millón y medio de toneladas de envases domésticos al año. De ellos, 708.000 toneladas son plásticos, 666.000 son papel y cartón, y 243.000 son metales.

Al reciclar plástico, tenemos que producir menos y, por tanto, recurrir menos al petróleo. Reciclar plástico para fabricar nuevos envases contamina menos el planeta que si fabricamos plástico nuevo. Un caso reseñable es la producción de PVC. Un derivado plástico que se puede reciclar indefinidamente manteniendo sus propiedades, y que no solo sirve para fabricar ventanas, como hemos visto antes, sino que se utiliza para la fabricación de cañerías y para proteger tejados y suelos.

Por otro lado, al utilizar cartón y papel reciclado se reduce considerablemente la tala de árboles para la fabricación de envases. Hoy, la mayor parte de los tetrabriks y envases de cartón que usamos, proceden de cartón reciclado.

Respecto al arraigo del reciclaje entre la población, la educadora medioambiental, Elena López, señala que mientras en que en los años 90, cuando se empezaron a instalar los contenedores de reciclaje en las calles, se tenía que hacer un trabajo didáctico, informando a la población de qué residuos iban en cada contenedor (verde para vidrio, azul para cartón, etc.), ahora se trata de insistir en la idea de que entre todos estamos cuidando el planeta.

Visto en sentido amplio, con todo este movimiento, se está fraguando una realidad en la que empresas, ciudadanos y administración, colaboramos en preservar el medioambiente y donde la ecología no está reñida con la rentabilidad.

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