Hay alimentos que destacan en una zona determinada del mundo por las razones que sean. En España, hablamos muchas veces del arraigo que tienen productos como la paella, el jamón, el queso, el vino… Lo que nos gusta de estos productos, además de su sabor, es el hecho de que son típicos de nuestra tierra, que tienen ese carácter 100% español del que siempre nos gusta presumir y que proyecta nuestra imagen a nivel internacional. Desde luego, no cabe la menor duda de que la calidad de la gastronomía española es una de las cosas que más destaca de nuestro país en todo el mundo.
Además de todos los que os hemos comentado, hay un producto que llama especialmente la atención de los españoles y las españolas. Hablamos del pistacho, que está mucho más valorado de lo que solemos pensar y cuya producción y consumo crece con cada año en el interior de las fronteras españolas. Ni que decir tiene que estamos hablando de uno de los alimentos que suelen dar la sorpresa en este sentido y que nos suele proporcionar alegrías en todos los sentidos. Y es que somos muchas las personas que tomamos pistachos de manera recurrente en España.
Según una noticia que fue publicada en la página web de Statista, el consumo de pistachos por parte de las personas de nacionalidad española ha crecido paulatinamente desde 2013 a 2019. En el primero de esa serie de años, ese consumo fue de 4’8 millones de kilos de pistachos, mientras que en el último arrojaba un dato de 8’4 millones de kilos. Desde luego, no cabe la menor duda de que se trata de una evolución tremenda, que casi se ha duplicado en seis años y que, a buen seguro, se va a seguir incrementando de cara al corto y medio plazo.
Se trata de un producto cuyo éxito se cimenta en que gusta a todo tipo de personas. Podemos tener más o menos dinero, ser hombre o mujer, tener más o menos años… que el pistacho siempre será susceptible de gustarnos. Y es así como se consigue una mejora de datos como la que hemos mencionado en el párrafo anterior. Gustar por igual a personas de todas las condiciones sociales y demográficas es fundamental para ganar arraigo en una sociedad. Y, en el caso del pistacho, la situación es exactamente esa.
El incremento de la popularidad del pistacho es algo que los propios profesionales ligados a este producto ya vaticinaban hace años. Desde Viveros La Herriza, productores de pistachos, llevan bastante tiempo adelantando que esto se iba a producir por el hecho de que estaba aumentando el número de plantas de pistachos en el interior de nuestras fronteras. En el periodo comprendido entre los años 2013 y 2019, en nuestro país creció la demanda de este tipo de plantas en más de un 50%. Esto explica que los datos relativos al consumo interior y la exportación de este tipo de alimentos esté siendo de lo más positivos en los últimos tiempos.
Estamos hablando de uno de los productos más apetecibles como aperitivo. Sin duda, teniendo en cuenta lo que nos gusta salir de casa para tomar algo por ahí en cualquier bar o restaurante, no nos extraña que el consumo de pistachos en España se encuentre tan elevado. No hay bar o restaurante en este país que no disponga de este tipo de alimentos y lo cierto es que ese es el mejor barómetro para medir el impacto que tiene un producto relacionado con la alimentación en una sociedad de las características de la nuestra.
Un producto con todo el futuro del mundo
Cuando un producto cuenta con un arraigo como el que os hemos venido transmitiendo en los primeros párrafos, es mucho más fácil que tenga garantizado un gran futuro en la sociedad española. Por lo tanto, podemos afirmar, casi sin miedo a equivocarnos, que los pistachos van a seguir formando parte de las principales referencias en materia de alimentación no para miles, sino para millones de personas en todas las ciudades y pueblos de este país. Cada vez más gente tiene en cuenta nuestra opinión y la comparte. La verdad es que no es para menos.
No nos cabe la menor duda de que, teniendo en cuenta ese arraigo, también la demanda de plantas de pistachos va a seguir multiplicándose de cara a los tiempos que están por venir. Y es normal que así sea. Todas las personas que tienen que ver con este negocio tienen motivos más que de sobra, por tanto, para estar ilusionadas con el prometedor futuro que parece tener por delante su actividad. Cualquiera que estuviera en su lugar, desde luego, tendría esa ilusión.