Cuando se trata del futuro de los niños y de sus necesidades educativas, como adultos, debemos buscar las herramientas que le ayuden a desarrollarse de una forma positiva, integral y que a largo plazo sean las que los ayuden no solamente a mantener unas buenas calificaciones, sino que los guíen a encontrar sus fortalezas y debilidades a la hora que deban tomar decisiones más serias, por ejemplo, cuando se trate de elegir sus estudios superiores.
En el proceso educativo no solo se debe guiar a los niños a obtener buenos resultados a nivel académico, sino que la prioridad es alcanzar un verdadero aprendizaje significativo, y eso se logra con un enfoque que vaya dedicado no solamente al resultado de los exámenes finales, sino a la enseñanza profunda del proceso, para que este pueda fijarse y pueda ser utilizado a largo plazo.
El aprendizaje dentro de las aulas es fundamental y se le debe dedicar tiempo y esfuerzo por parte del personal docente, la familia y el propio estudiante, lo que significa que es un esfuerzo mancomunado entre todos los actores. Así, una de las mejores maneras para ayudar a un niño a alcanzar buenos resultados académicos, es contar con actividades extraescolares que lo impulsen positivamente en el proceso de la educación formal.
Las actividades extraescolares pueden ser variadas y deberían depender de los intereses del estudiante, pues uno de los errores que más se comete es no tomar en cuenta la opinión del niño a la hora de elegir las actividades a realizar fuera del aula. Pensémoslo así, como adultos nadie nos obliga a hacer algo que no queramos, si queremos ir al gimnasio o a una clase de arte, podemos elegir la que se adapte mejor a nuestros gustos, y la misma libertad se le debe dar al menor de elegir lo que más le interese, pues eso garantiza que las realizarán con entusiasmo y no con la sensación de obligación.
Por el contrario, si se les obliga a realizar una actividad en la que no estén interesados, los resultados pueden ser contraproducentes, pues no solamente deberán cumplir con sus obligaciones académicas, sino con otra responsabilidad que no quieren y que no disfrutan, convirtiéndose en algo que hace únicamente bajo la presión de los padres. Por lo mismo, a la hora de elegir una actividad extraescolar es fundamental tomar en cuenta sus gustos, inclinaciones y preferencias, tanto dentro del aula como fuera; ya que al hacerlo de esta manera, no solo se le está motivando positivamente, sino que se le da a entender que se respetan sus opiniones y que se valora lo que tenga que decir, lo que es fundamental para las relaciones entre padres y niños, además de crearles una sensación de responsabilidad con respecto a su futuro y a sus obligaciones.
Para profundizar en los beneficios que las actividades extracurriculares les aportan a los niños, es importante tener la guía de especialistas en el área, que puedan solventar todas las dudas que podamos tener si estamos considerando conseguir un acompañamiento fuera del aula, el cual permita desarrollar nuevas habilidades y a su vez, mejorar y mantener buenos resultados académicos. Por ello, Actividades Extraescolares en Madrid, nos cuenta todo lo que debemos saber sobre esta manera de invertir el tiempo de los niños.
Actividades extraescolares y sus beneficios a nivel social, individual y académico
Como hemos mencionado antes, el proceso educativo va más allá de adquirir un conocimiento en lo meramente académico, partiendo de este principio y entendiendo que la educación que se da dentro y fuera del aula es necesaria para el desarrollo como individuo miembro de la sociedad, es fundamental que se tome en cuenta el aspecto social e individual. Esto si queremos obtener resultados positivos en cuanto a lo que se refiere a calificaciones y de aprendizaje significativo de los contenidos académicos.
Por ello, compartiremos los beneficios que a obtendrá el estudiante en estos aspectos al realizar actividades extraescolares que lo impulsen a tener una educación más integral:
- Mejoran la autoestima: El quererse a uno mismo es fundamental para aprender a vivir en sociedad de una forma sana. En el caso de las actividades extraescolares, estas ayudan a mejorar la autoestima, pues le permite al estudiante encontrar aquello en lo que es bueno, mientras va alcanzando metas a medida que va desarrollándose en el ámbito. Ya sea en deportes, idiomas, artes -o la actividad que mejor se adapte a sí mismos-, entender que sus gustos, pasiones y talentos le permiten ser mejor cada día, lo ayuda a valorarse a sí mismo y mantener una buena autoestima.
- Les permiten ampliar su círculo social: Ser parte de un grupo o equipo aporta un sentido de pertenencia. Realizar actividades que posibilitan la interacción del hijo con otras personas que compartan intereses similares, les permite no solamente conocer nuevas personas, sino que le da herramientas para trabajar en equipo, compartir responsabilidades y crear lazos de compromiso para alcanzar una meta común.
- Aprenden a distribuir su tiempo de forma eficiente: cuando se realizan actividades adicionales fuera de la jornada escolar, también aprende sobre la gestión del tiempo y la priorización del trabajo, lo cual es fundamental para su vida adulta.
- Les permiten seguir educándose en un ambiente menos formal y más libre: Las actividades extraescolares siguen siendo actividades educativas, sólo que estas se alejan de la formalidad propia de la escuela; ya sea en deportes, en talleres de artes, música, cocina o idiomas, los estudiantes se mantienen formándose constantemente pero en ambientes más tranquilos y relajados. Algo tan sencillo como asistir a una clase de cocina sin el uniforme escolar es completamente diferente desde la percepción del estudiante, por eso si se elige correctamente, la actividad extraescolar se convierte en una actividad recreativa y de disfrute.
- Aprenden a confiar en sí mismos y en otros: Al participar en actividades extraescolares se aprende a confiar en uno mismo y en nuestros compañeros. Por lo general, todos deben remar en la misma dirección, lo que hace que necesiten desarrollar habilidades para comunicarse efectivamente, aprender a escuchar y confiar en las ideas, criterios y ejecución de los planes que se hicieron para lograr alcanzar la meta común. Esto también influye positivamente en la autoestima y fomenta las relaciones sociales desde la confianza y la amabilidad.
- Se convierten en un elemento motivador para mantener y mejorar su rendimiento académico: En este punto volvemos al inicio, si se elige una actividad extracurricular que le guste al estudiante y que lo motive a ser mejor cada día, su rendimiento académico mejorará porque no querrá perder el privilegio de hacer algo que le guste tanto. Por eso mismo, es tan importante escuchar lo que tengan que decir al respecto y respetar sus opiniones.
Digamos que un niño expresa claramente que sus inclinaciones van enfocadas a la música y sus padres lo obligan a asistir a fútbol como actividad extraescolar, puede que el niño encaje cierto gusto por el deporte o que lo haga simplemente para evitar problemas con sus representantes, pero verdaderamente no lo disfruta, lo que se convierte en desmotivación, disminución del ánimo general y por ende, su rendimiento académico será menor.
Lo fundamental en este punto es que las actividades extraescolares sean potenciadores positivos para el crecimiento educativo y como individuo del estudiante, para que logre ser la mejor versión de sí mismo que pueda ser. Por ello debe ser respetado, valorado, comprendido y sobre todo, no debe ser presionado en exceso, pues los avances que se logren pueden perderse en el momento en que esta actividad que realiza por placer y disfrute, se convierta en algo que le genere ansiedad y preocupación, lo que suele ir muy ligado a la presión de los adultos que sin querer se enfocan demasiado en conseguir que los menores destaquen en las actividades, sobre todo cuando se trata de deportes.
- Abren su mente a nuevas posibilidades: Las actividades extraescolares le permiten -como mencionamos antes- conocer muchas personas con diferentes culturas, pero a su vez, le brinda nuevas oportunidades a nivel general, nuevas actividades, nuevos gustos, y fomentan la creatividad y la curiosidad, logrando así que se interesen por diferentes cosas que lo nutren como persona y que lo hará mantener siempre la mente abierta a las posibilidades que le ofrezca la vida.
Las actividades extraescolares son una buena manera de invertir en el futuro de nuestros hijos, siempre y cuando entendamos que ellos son individuos diferentes a nosotros y que no podemos volcar todas nuestras aspiraciones en que ellos sean lo que no pudimos ser nosotros.
Si como adultos y padres buscamos la felicidad de nuestros hijos y tener una relación basada en la confianza y el respeto, lo primero en lo que debemos trabajar es en aprender a escucharles y tomar su opinión en cuenta cuando se trata de su proceso educativo y de lo que ellos esperan alcanzar en el futuro.
Finalmente, la mejor recomendación es considerar que nuestro verdadero trabajo es darle las herramientas para que sean buenas personas, buenos ciudadanos y que sean todo lo felices que se merecen ser.